Nuestras empanadas convierten a inmigrante venezolano en uno de los concursantes más aclamados de Master Chef Grecia

Nuestras empanadas convierten a inmigrante venezolano en uno de los concursantes más aclamados de Master Chef Grecia

Se llama Panagiotis Sideris, nació en Barquisimeto pero se crio en Araure, y es reconocido en Atenas por su destacada participación en #MasterChefGrecia2022 deleitando a los jueces con el inigualable sabor de nuestras gastronomía venezolana.

En #SoyVenezolano @panaelgriego le cuenta a @nandasalas que para entrar a esta la competencia culinaria audicionó con más de 5.000 aspirantes.





Al llegar pasa uno por una comisión de 10 chef, te preguntan de donde eres que hacías, cuál es tu pasión por la comida?. Me dijeron que tenía que optar por tres platos. Yo dije que podía ser un patacón, empanadas y una fosforera”.

El segundo filtro decidió afrontarlo con un manjar muy solicitado en nuestras costas venezolanas.

Teníamos que llevar un plato frío desde la casa, tenías que llevarlo listo y presentarlo a los jueces. Pensé, pensé y pensé y lleve un famoso vuelve a la vida, lo típico de la costa de nuestra Venezuela”.

La prueba de oro fueron dos deliciosas y crujientes empanadas, una de jamón y queso, y otra de carne molida. Tenía treinta minutos para preparar el plato, y 10 para presentarlo. Toda una sorpresa culinaria para los jueces, una exquisita explosión de sabores que rompió el protocolo de la degustación.

Cuando el primer juez lo prueba se voltea y llama a los otros. Vénganse para que prueben esta exquisitez. Bueno, mi corazón se iba a partir en dos en ese momento, cuando escucho eso. Se llegan los otros dos, y bueno ver la emoción de ver a los tres comiéndose las empanadas con guasacaca fue una emoción demasiado grande”, y así consiguió el delantal blanco.

En Venezuela Panagiotis tenía una tienda de ropa de recién nacidos en pleno centro de Acarigua; su vida era próspera, pero algo le faltaba, por eso decidió emigrar en 2018. Su vena griega lo llevó rumbo a Atenas, donde actualmente vive con su familia.

Es bastante duro ser inmigrante. Ni mi esposa ni mi hijo entendían el idioma, hemos estado dándole duro en el día a día en un país en el que no nos hallamos porque siempre tenemos el pensamiento de Venezuela”.

Un orgullo para su familia y para los venezolanos, un logro que le ha demostrado a Panagiotis Sideris que cuando se quiere y se lucha por ello, siempre se puede.

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