Fue coincidencia que el mismo día de la muerte del mayor asesino y violador de niños en Colombia, Luis Alfredo Garavito, también resultara capturado el presunto responsable de un aterrador caso de abuso, tortura y asesinato de un bebé en la ciudad de Bogotá. El detenido, después del crimen, logró escapar y hacer la misma ruta de los migrantes que intentan llegar a los Estados Unidos.
Por Semana
La brutal historia arrancó el pasado 19 de enero, cuando en un hospital del centro de Bogotá los médicos de la unidad de urgencia recibieron a un bebé que -según sus familiares- sufrió una caída. Las lesiones fueron de tal gravedad que el bebé murió mientras trataban de atenderlo. En adelante el caso quedó en manos de la Fiscalía.
“El Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses determinó que la causa de la muerte era maltrato infantil severo. Los exámenes realizados evidenciaron hematomas y heridas que no correspondían a una caída”, señaló Leonor Merchán, directora de la seccional de fiscalías en Bogotá.
La abuela de la víctima indicó a los investigadores que la madre y el padrastro le entregaron al niño envuelto y le aseguraron que se había caído. La investigación de la Fiscalía reveló la historia de horror que obligó al presunto responsable a escapar, con la misma ruta usada por los traficantes de migrantes por el departamento de Chocó.
“Al sentir que había sido descubierto, el señalado agresor -presuntamente- contactó a una red criminal y escapó por el Tapón del Darién hacia Panamá, por lo que Interpol emitió una notificación azul en su contra. Luego de tres meses de travesía por Centroamérica, se conoció que esta persona habría entrado irregularmente a Estados Unidos”, señaló el ente acusador.
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