El castigo más salvaje para los traidores del hijo de “El Chapo”: la jaula de los tigres

El castigo más salvaje para los traidores del hijo de “El Chapo”: la jaula de los tigres

Ovidio Guzmán, hijo del Chapo, ya está en EEUU | Foto: @derekmaltz_sr

 

 

La extradición a Estados Unidos de Ovidio Guzmán, uno de los 10 hijos del «Chapo» Guzmán, ha desatado un aluvión de reacciones en el cuerpo de abogados del cartel de Sinaloa que considera que su traslado, en tiempo récord, a un rascacielos convertido en prisión de máxima seguridad, no cumplió con el procedimiento adecuado.





Por Fernando Salinas | El Debate

La polémica ha obligado al presidente Andrés Manuel López Obrador a dar explicaciones y defender que la entrega del narcotraficante, la más importante de su mandato, se hizo ajustada la ley.

La batalla judicial y política continúa mientras se conocen detalles de la forma de actuar de «El Ratón», como se conoce al preso en México, Estados Unidos y medio mundo.

La familia que controla el cartel del Sinaloa operaba, según la documentación recogida en las diferentes causas judiciales que tendrá que afronta Ovidio Guzmán, con escasa diferencias a como lo hacen el resto de las organizaciones criminales de México, pero ellos tenían –y posiblemente conservan- una seña de identidad distinta.

Todos los suplicios

A los que les traicionaban o capturaban, entre otros suplicios, les arrojaban a una jaula con tigres de Bengala de la que no se tienen noticias que alguien saliera vivo. La crueldad salvaje solía venir precedida de palizas brutales, torturas y hasta descargas eléctricas.

El modus operandi de la organización tenía en su hoja de ruta convertir en adictos al mayor número de personas posibles, pero, con especial interés en generar dependencia con el fentanilo que mezclaba con otras sustancias tóxicas.

El clan de los «chapitos», como se conoce a los cuatro hermanos Guzmán hijos de su relación con su segunda mujer, Griselda López Pérez, han modificado el negocio a medida que descubrían drogas más baratas y más tóxicas para los consumidores.

Lea más en El Debate