El injusto eco de la brecha económica para las mujeres latinoamericanas

El injusto eco de la brecha económica para las mujeres latinoamericanas

Una mujer espera clientes junto a su venta de cigarrillo el 3 de agosto de 2021, en el mercado de Catia de Caracas (Venezuela). Camisas, chocolates, jugos, cigarrillos… El bulevar de un barrio pobre de Caracas está repleto de comerciantes informales que ofrecen todo tipo de productos en dólares en una Venezuela en crisis. Es una especie de juego diario, entre la poca venta y el “soborno” de policías. EFE/ RONALD PEÑA.

 

Una diferencia salarial que oscila entre el 15 % y el 30 % y una carga del cuidado históricamente puesta en manos de esposas, hijas y madres son algunas de las grandes barreras económicas a las que se enfrentan las mujeres en Latinoamérica.

Datos arrojados por diferentes organizaciones muestran, ya desde hace años, una diferencia entre el crecimiento laboral y monetario de las mujeres y el de los hombres por razones, en su mayoría, ligadas a estereotipos y cargas que se han asumido como “femeninas”.

SALARIOS

El salario promedio mensual de los hombres es entre un 20 % y un 30 % más alto que el de las mujeres en Argentina, señala a EFE la coordinadora de Protección Social de Cippec, Florencia Caro Sachetti, quien detalla que un 15 % de la fuerza laboral femenina se desempeña en el servicio doméstico, el sector peor remunerado de la economía, y con una informalidad del 78 %.

La brecha salarial en este país es del 15 %, equivalente a unos 54 dólares más para los hombres “realizando el mismo trabajo“, apunta por su parte Carmen Urquilla, coordinadora del programa de Justicia Laboral y Económica, de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (Ormusa).

En tanto, en Bolivia “no se habla mucho“de la violencia económica. Las estadísticas disponibles son “limitadas” y muchas veces están ligadas al maltrato físico y psicológico, comenta a EFE Tania Sánchez, directora de la Coordinadora de la Mujer, entidad que agrupa a una veintena de instituciones defensoras de la igualdad de género.

Una mujer carga sus compras mientras sale de un supermercado, el 14 de abril de 2021, en Caracas (Venezuela). La abogada Luisa Camargo mira expectante los carteles que anuncian los precios en un supermercado de Caracas, la capital de Venezuela, al que acude con la esperanza de hacer grandes compras. Pero su salario, que ni siquiera llega a los 55 dólares que el Observatorio Venezolano (OVF) de Finanzas cifra como promedio, la devuelve a la realidad: la compra será limitada. EFE/RAYNER PEÑA R.

 

La brecha salarial en este país “se ha reducido en los últimos años”. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) es de entre un 26 % y un 27 %. En comparación, en México, esta brecha se calcula que fue de un 14 % en 2022, según el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).

En Brasil, los datos oficiales más recientes (2019), divulgados por el Instituto de Geografía y Estadística (IBGE), señalan que ese año las mujeres recibieron, en promedio, el 77,7 % del ingreso promedio de los hombres.

Entre los factores que inciden en la desigualdad salarial, los expertos se refieren a la maternidad y la ausencia de políticas públicas que faciliten la vinculación de las mujeres al mercado laboral.

“Son problemas relacionados con la posibilidad de cuidar a sus hijos”, explica a EFE Mónica Sacramento, coordinadora programática de la ONG Criola.

ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

Según la Unesco, las mujeres mexicanas realizan el 73 % del trabajo del hogar y de los cuidados no remunerados, y el hombre solo el 27 %. Además, el 92 % de las personas cuidadoras no remuneradas en este país son mujeres, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Hay una fuerte carga de estereotipos detrás de los datos: en Argentina, las mujeres dedican 7,5 horas diarias al trabajo y 6,5 horas al cuidado del hogar, mientras que elos hombres ocupan emplean horas en el trabajo y solo 3,5 horas en el hogar, lo que dificulta aún más el ascenso femenio en la escala laboral.

Una mujer ordena las camisas que vende el 3 de agosto de 2021, en el mercado de Catia en Caracas (Venezuela). Camisas, chocolates, jugos, cigarrillos… El bulevar de un barrio pobre de Caracas está repleto de comerciantes informales que ofrecen todo tipo de productos en dólares en una Venezuela en crisis. Es una especie de juego diario, entre la poca venta y el “soborno” de policías. EFE/ RONALD PEÑA.

 

Además, la licencia por paternidad es de dos días y la de maternidad de 90 días.

“MEJORÍA” ENGAÑOSA

Colombia, por su parte, cuenta con una reducción del 18 % al 12 % de la brecha de género entre 2003 y 2018, y teóricamente, las mujeres cobran solo un 6 % menos que los hombres, según daros del año 2020 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE).

“Pero hay que tener cuidado”, advierte a EFE la profesora asociada de Economía de la Universidad Javeriana Paula Herrera: “En medio ocurrió una pandemia”, lo que hizo que “las mujeres que tenían trabajos más informales fueran las más afectadas”. Por este motivo, las muejres que “permanecieron empleadas eran más formales, es decir que tenían mayores salarios“, lo cual puede distorsionar las estadísticas.

UN HORIZONTE DIFÍCIL

La realidad que muestran las cifras no es solo perjudicial para el desarrollo de la autonomía de las mujeres, sino que también tiene consecuencias para las empresas, sostiene María del Pilar López, historiadora, economista y docente de la Universidad de los Andes en Colombia, quien asegura que “esto impacta al sector empresarial en temas como la innovación y el hecho de tener ambientes laborales diversos”.

De acuerdo con el estudio “El Salvador, un país de cuidados”, elaborado por las organizaciones Fudecen y Oxfam, el 70,19 % de los hombres está en edad de trabajar, un porcentaje que en el caso de las mujeres se sitúa en el 75,02 %.

Las trabajadoras Claudia Tisoy (43, L) y Ursulina Guaramato (49, R) trabajan en la elaboración del sistema de tuberías de agua en uno de los apartamentos del edificio residencial “Jorge Rodríguez Padre” en la comunidad Algodonal en Caracas, Venezuela, el 1 de febrero. 22 de enero de 2023.- En este desarrollo residencial en Antimano, un área densamente poblada de Caracas con vistas de 360 grados a El Ávila, la montaña emblemática de la capital venezolana, el 80 por ciento de la fuerza laboral son mujeres, principalmente madres solteras. (Foto de Miguel ZAMBRANO / AFP)

 

A pesar de que la cantidad de mujeres en edad de trabajar en el país centroamericano es superior, solo el 45,40 % se encuentran entre la “población económicamente activa”, mientras que los hombres llegan al 76,80 %, señala el citado informe.

En cuanto al desempleo, afecta a un 17,4 % de las mujeres colombianas, 6,4 puntos porcentuales más que en los hombres. Además, hay diez millones de mujeres fuera de la fuerza laboral, de las cuales, el 45 % no se plantea conseguir empleo debido a que atiende responsabilidades familiares.

Hay que entender que esto es urgente “en un contexto en el que la dependencia económica y la insuficiencia de ingresos son factores (…) que explican la permanencia de las mujeres en ambientes violentos”, enfatiza María del Pilar López.

EFE

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