Así fue como amigos de sacerdote muerto en Medellín descubrieron lo sucedido

Así fue como amigos de sacerdote muerto en Medellín descubrieron lo sucedido

El alba sacerdotal del padre Javier González. Foto: Laura Rosa Jiménez Valencia

 

La feligresía de la parroquia Jesús de la Buena Esperanza, en el barrio Belén Rosales de Medellín, no sale del asombro ante la extraña muerte del padre Javier Eduardo González Pertúz, hallado sin vida en la madrugada del pasado sábado en un bar de La 70.

Por El Tiempo

Desde ese día, en la sacristía del templo religioso al que todos los domingos llegaba para oficiar una misa, guardan con cariño el alba sacerdotal que se iba a poner para celebrar la eucaristía en el Centro Comercial Unicentro.

Mario Jaramillo, sacristán de la parroquia desde hace 36 años, recuerda que antes de las 4 de la tarde del sábado, hora de la celebración litúrgica, ya había enviado todos los elementos que el padre Javier necesitaría. Regresaron a sus manos de la misma forma porque este nunca llegó.

“Nadie sabía nada, por eso se preparó todo para la ceremonia que tenía allá, por eso yo mandé todo: la alcancía, el alba de él, las hostias, mandé el vino y todo lo que hacía falta allá, porque tenemos que estar pendientes. Pero no llegó y la gente se tuvo que dispersar”, contó Jaramillo.

Recuerda que fue el padre Andrés Arredondo quien les informó lo ocurrido con González. Llegó cabizbajo al templo y solo pudo pronunciar: “Mataron al padre Javier”.

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