Cada 2 de febrero, la Diócesis de Barinas y su pueblo religioso, celebran la aparición de Nuestra Señora del Rosario del Real, que tiene su santuario en el pueblito llanero El Real del municipio Obispos, que esta semana han estado visitando sus devotos, en agradecimiento por sus milagros y protección, constató lapatilla.com.
Corresponsalía lapatilla.com
La historia de este momento divino ha sido contada de la siguiente manera: Fue en el año 1680, en el pueblo de El Real, situado a orillas del caudaloso río Santo Domingo, a 35 kilómetros de Barinas y a 20 kilómetros de Obispos, cuya escasa población llanera de unos 200 vecinos, dedicados a las apacibles labores de la ganadería, agricultura y de la pesca, tuvieron el privilegio de ser visitados por la Madre del cielo.
Una viejecita indígena llamada Ana, muy devota a Santo Domingo, quien se encargaba de recoger las ofrendas para la Santa Misa en honor al santo, o cuando eran visitados por un sacerdote, tuvo una clara manifestación de la Virgen a través de una moneda de un real (para entonces 0,50 bolívares), cuando habiendo guardado dos reales en una petaquita y luego al ir a buscarlos, no los encontró.
Algún tiempo después, Ana abrió la misma petaquilla con la sorpresa de que estaban allí los dos reales, pero esta vez aparecía una silueta en una de ellas, la cual fue demarcándose progresivamente, y al cabo de pocos días se dibujaba perfectamente la imagen de la Madre de Dios, con el niño en los brazos.
Los padres dominicos, quienes tenían a su cargo las misiones de la Provincia de Barinas, la designaron con el nombre de Nuestra Señora del Rosario, por asemejarse a la Divina Señora, pero el pueblo, posteriormente, la denominó con la sencilla designación de la Virgen del Real.