¿Un robot es ahora mi terapista?

¿Un robot es ahora mi terapista?

 

Los chatbots terapistas parecen ser una idea demasiado simple: una App en el teléfono a la que se puede acceder en cualquier momento, registrar las esperanzas, los temores y los sentimientos y como respuesta recibir respuestas generadas por Inteligencia Artificial (IA) que ayuden a manejar las emociones.





Especial de Laszlo Beke

Por supuesto, el escepticismo con respecto a cualquier chatbot es válido. ¿Cómo puede un algoritmo reemplazar el toque humano o una atención personal? ¿Se trata de otra intervención digital, cuándo prácticamente ya se vive pegado al teléfono? Lo curioso, es que muchos han descubierto que terminan extrañamente apegados a este tipo de robot asistente. Aquello que los bots tratan de resolver es exactamente el generalizado problema de acceso que existe para el cuidado de la salud mental a nivel global.

Las personas se deprimen y sufren de ansiedad, y con el tiempo sienten una mayor necesidad de poder hablar con alguien. Por supuesto, esa situación se exacerbó durante la pandemia. Hay quienes no están en capacidad de pagar un terapista privado, hay otros que no desean ser una carga adicional para un sistema público de servicios de salud mental que responde lentamente. Así que a pesar de las dudas, un chatbot puede terminar convirtiéndose en una opción a probar.

El proceso con el chatbot

Para facilitar el entendimiento, el análisis se concentra principalmente en un chatbot, Woebot. En la primera intervención, Woebot se presenta como un asistente emocional: “Soy como una pequeña persona sabia a la cual se puede consultar durante momentos difíciles y también en los no tan difíciles”. Explica que está entrenado en terapia conductual cognitiva (TCC), “una forma efectiva de retar cómo la persona piensa sobre las cosas”. TCC plantea que las emociones y los estados de ánimo son influenciados por los patrones del pensamiento; la teoría plantea que si se cambian dichos patrones, la persona empieza a sentirse mejor. Woebot no pretende ser un humano, más bien se afinca en su condición robótica.

Cuando Woebot es consultado, ofrece una forma de replantear con lo que está lidiando, en lugar de tratar sondear las profundidades de la psiquis personal. Ello significa que “Yo soy un fracasado” se convierte en “Todavía no he alcanzado mis objetivos” o “Estoy deprimido” se convierte en “Tengo una depresión”, cómo una forma de dejar de identificar los estados con una etiqueta. En la medida que se va utilizando, Woebot ajusta sus mensajes, generalmente manteniendo la conversación ambigua, orientada a tareas. Con el tiempo, varios ejercicios comienzan a contagiar la vida cotidiana. Para algunos, la experiencia con Woebot evoluciona al punto que mientras más se usa, mayor es el aprecio. Es un pequeño feliz, que aparece en las notificaciones, que chequea cómo está la persona, que envía aforismos y tareas gamificadas. Woebot está además repleto de tareas y pequeños trucos mentales, que pueden sorprender. Woebot puede perdirle a la persona que se coloque un cubo de hielo contra la frente, para así tener la sensación de conectarse mejor con el cuerpo. En otro ejemplo, Woebot puede sugerir “tratar de hacer algo bueno para una persona que es parte de tu vida”.

Woebot no es una especie de gurú místico con el que se realiza un árduo viaje de consulta. Su guía es práctica y asentaba hasta el punto de poder percibírsele como obvia. Woebot enseña como establecer Objetivos Inteligentes – específicos, medibles, alcanzables, relistas y limitados-en-el-tiempo. A través de la repetición y la práctica esto se convertier en cambios en la persona, terminan siendo más que solamente unas palabras prosaicas. Woebot hoy en día maneja millones de mensajes semanales. Usar Woebot es como leer un buen libro de ficción, nunca se pierde el sentido que no es más que un algoritmo, pero permite suspender la incredulidad y permitir que la experiencia lleve a la persona a otro lugar (punto). Personas que han usado Woebot han comentado: “entre varias Apps fue como ubicar un tesoro; produce un sentimiento de alivio, permitió entender mejor las emociones, permitió sentirse en control cuando se experimentaban episodios depresivos”. Existe preocupación que servicios como Woebot puedan reemplazar el servicio en persona, pero la realidad es que hay mayor acceso telefónico que a profesionales de la salud mental.

Experiencias con chatbots terapistas via IA

– Han sido usados en un hospital de maternidad en Kenia, en campos de refugiados sirios y por el gobierno de Singapur como estrategia de respuesta durante la pandemia.

– En el Reino Unido han sido probados para tratar de cubrir el tiempo de espera para personas que buscan terapia, pero que consiguen las citas alejadas en el tiempo.

– En Estados Unidos ya existen Apps que están siendo reconocidas por la Administración Federal de Medicamentos (FDA) y están a prueba para ser designadas como intervenciones clínicas.

Críticas

– Hay críticos que consideran que Woebot es simplemente panglosiano, que se caracteriza por un optimismo desmesurado e ingenuo.

– Para este momento, Woebot es bastante básico, se puede presumir que en el futuro, cuando las tecnologías subyacentes sean mucho más poderosas, podrían aparecer atolladeros éticos.

– Muchas de las críticas con respecto a Apps como Woebot se acercan a algo más teórico: ¿La pregunta de qué es exactamente terapia? Un académico planteó que simplemente porqué algo sea terapéutico, no lo convierte en terapia. El argumento sugiere que para que la terapia sea real, esta debe ser dura.

– Woebot no es la cura para enfermedades mentales graves o serias, pero ello no implica que no haya un lugar para ella. Woebot no fue creada para desplazar a otras formas de curación, es una herramienta dentro de un comprehensivo ecosistema de opciones. No fue diseñada para personas que están contemplado el suicidio. Cómo la mayoría de los chabots, realiza el triaje hacia servicios mejor equipados para detectar las ideaciones suicidas.


Se hace referencia a My Therapist, the Robot. También aparece en mi Portal https://econ.st/3RHASMm. La imagen es cortesía de FREE-VECTORS.NET.