La Fundación Divino Niño en Apure convierte la crisis de salud en una oportunidad de vida

La Fundación Divino Niño ha implementado durante 21 años jornadas sociales y de consultas a bajo costo en todas las especialidades médicas que hacían falta en el estado Apure. Este loable trabajo se lleva a cabo gracias a la participación de seis profesionales de la salud de Caracas y a un total de 15 padrinos prestos a ayudar en casos más críticos, que han respaldado este proyecto. Por los servicios recibidos, cada paciente ofrece un aporte de acuerdo a sus posibilidades: puede ser dinero en efectivo o productos de la cesta básica.

Por María Eugenia Díaz





La obra más reciente de la Fundación Divino Niño es el consultorio que lleva su nombre, cuya sede está ubicada en la urbanización Las Maravillas en San Fernando de Apure, donde desde marzo hasta junio de 2022 han sido atendidas más de 110 personas en diferentes especialidades.

La doctora apureña Zulay Lugo, médico pediatra y otorrinolaringóloga infantil, presidenta de esta Organización No Gubernamental (ONG), recuerda la creación de la Fundación Divino Niño en San Fernando de Apure en el año 2001, como un logro obtenido luego que se graduó en la segunda especialidad y al observar la poca existencia de otorrinolaringólogos en la entidad. Lugo asegura que la intención de esta ONG es ayudar a los más necesitados en Apure.

 

 

“Es un nuevo proyecto de la Fundación Divino Niño, el cual permite a los médicos y a los presbíteros salir a las periferias y a los colegios en aras de mantener el contacto directo con las comunidades, porque el norte de la fundación es poder llegar a los lugares donde existe la necesidad de atención de salud, tal como lo invita el papa Francisco”, dijo para La Patilla.

Esta honorable llanera de 55 años también forma parte de la directiva médica de la Clínica Divino Niño en San Fernando. Asimismo, ofrece consultas en el Hospital Pediátrico Elías Toro en Caracas. También es esposa de un médico y madre de dos niñas.

“Decidí ofrecer una consulta una vez al mes en San Fernando y lo he hecho durante 21 años. También lo hago mensualmente en la sede principal de Cáritas Venezuela en San Fernando. Me quedo una semana en Apure para poder ofrecer mis servicios a la población de San Fernando y todos los alrededores. Una pena compartida es media pena. Todos los días le pido a nuestro Señor que nos dé tiempo para poder lograr ver los frutos de esto que se está sembrando”, dijo.

Ayudas desde el exterior

 

 

Lugo agrega que desde 2015, la economía en Venezuela se ha venido deteriorando aceleradamente y mucho más en Apure. Por eso decidió unirse a un grupo de amigos profesionales de la salud en este proyecto, con la única intención de ayudar a aquellos pacientes sin recursos que requieren asistencia médica y quirúrgica.

“Cada día se aumentaba este reto. Incluso, había pacientes que ya no podían cumplir ni siquiera con los medicamentos. Así nos unimos y decidimos establecer la Fundación Divino Niño. Mi éxito me lo ha dado la luz de nuestro Señor Jesucristo. En todas partes hay oportunidades, simplemente hay que abrirse a la voluntad de Él y creer en Él, y trabajar por esa obra, porque en todas partes nos va a ayudar”, asevera Lugo.

Las ambiciones de la directiva son cada día son mayores. La Fundación Divino Niño quiere que Venezuela en estos momentos de crisis se vea reconfortada, porque tiene un Dios grande que nunca abandona.

Revela Lugo que las dificultades propias de la pandemia no han sido impedimento para el desarrollo y expansión de esta obra, porque siempre Dios se ha hecho presente para ofrecer su mano, su ayuda en todo momento, para poder sobrepasar esta ola de necesidades que padecen muchos venezolanos.

“Hemos superado los obstáculos gracias a la tecnología y a los medios audiovisuales, porque gracias a ellos hemos llegado a muchas personas que están fuera de Venezuela y quienes de una manera u otra se solidarizan y nos apoyan haciendo campaña publicitaria de nuestra fundación y haciendo aportes. Nuestro reto es atender muchas más solicitudes. Siempre tenemos la fe puesta en Dios que nos permite atender, escuchar y dándoles una palabra de aliento a nuestros pacientes”, dijo.

Para Dios nada es imposible

 

 

El presbítero Darwin Palacio, párroco de la Iglesia Divino Niño de la Diócesis de San Fernando de Apure y colaborador de la fundación, recuerda que la propuesta de este consultorio nació hace un año producto de una alianza de esta ONG con la Diócesis de San Fernando.

“La doctora Zulay un día tomando café me dice: ¡Padre Darwin el 19 de marzo vamos a abrir el consultorio! A lo cual le respondí: pero ¿cómo vamos a abrir el consultorio si no tenemos nada, no tenemos ni una cortina ni un bombillo, no tenemos nada, ni sillas. ¿Cómo vamos a atender? Me dijo: ¡No Padre, el Divino Niño nos va a dar todo!”, dijo el religioso.

Efectivamente una vez hecha la petición, la fe de Zulay surtió el efecto deseado, porque luego llegaron de Caracas y de otras zonas del país las sillas, el escritorio, el aire acondicionado y demás materiales necesarios para el acondicionamiento de la sede.

Contra viento y marea, el 19 de marzo de este año, Día de San José, abrió de manera oficial sus puertas el consultorio Divino Niño para beneficiar a unos 1.200 vecinos de la urbanización Las Maravillas, así como habitantes de las zonas aledañas del estado Apure. Incluso, han dado una mano amiga a los moradores de la población de Calabozo, estado Guárico, y Puerto Ayacucho en Amazonas.

“Ofrecemos atención de calidad, porque contamos con un grupo de especialistas. Atendemos mirando a los ojos para conocer la realidad de la gente. Tenemos todas las especialidades que ameriten los pacientes, así como también servicio de laboratorio y exámenes médicos y operaciones donde solo los pacientes pagan los insumos y no los honorarios médicos”, apuntó Palacio.

En la actualidad, una operación que se cotiza en las clínicas privadas en 1.300 dólares, un paciente a través de la Fundación Divino Niño solo paga 300 dólares para cubrir el costo de los materiales del quirófano. “En estos casos, la Fundación exonera un porcentaje considerable de las intervenciones quirúrgicas para ayudar a las personas que más necesitan.

Para Palacio, este proyecto del consultorio rinde frutos, porque está dirigido por la divina gracia del Divino Niño que se encarna por los más pobres. “Apostamos a que el otro pueda tener una mejor calidad de vida y cuente con un espacio donde le pueden ayudar y conseguir una respuesta a una pregunta”.

Esta loable causa amerita de mayor suma de voluntades. La directiva de la Fundación Divino Niño invita a la población en general, así como también a los médicos especialistas a colaborar con este proyecto de salud.

La suma de voluntades empuja grandes proyectos de este tipo. La ayuda mutua es el pilar fundamental para el éxito. La desesperanza no cabe en este proyecto, porque sus líderes creen en una Venezuela posible, de buenas causas y de progreso.