“Bongbong” Marcos, en camino a protagonizar una victoria aplastante en Filipinas

“Bongbong” Marcos, en camino a protagonizar una victoria aplastante en Filipinas

 

 

 

“Bongbong” Marcos, el hijo del dictador fallecido Ferdinand Marcos, se encuentra camino de protagonizar una aplastante victoria en las elecciones presidenciales de Filipinas celebradas este lunes, según un recuento provisional que le otorga casi el 60 por ciento los votos.

Marcos Jr, de 64 años, duplicaría en número de votos a su más cercana rival, la actual vicepresidenta Leni Robredo, con más del 70 por ciento de un recuento provisional automático no oficial que publica la Comisión Electoral.

Estos resultados supondrían la vuelta al poder en Filipinas de la familia Marcos, después de que su patriarca fuera expulsado en 1986 tras una revolución popular pacífica que acabó con el régimen déspota y corrupto de 21 años que dejó, al menos, 3.257 personas ejecutadas de manera sumaria, miles de torturados y unos 10.000 millones de dólares expoliados del erario público.

Todas las encuestas avanzaron desde el principio de la campaña que Marcos, que ha evitado los debates electorales y las entrevistas incómodas, era el favorito para sustituir en la presidencia de Filipinas al polémico Rodrigo Duterte, para un mandato único de seis años.

“Bongbong”, como es conocido desde pequeño en Filipinas y que no ha querido declarar su victoria hasta que se conozcan los resultados oficiales, inició su carrera política con 23 años como vicegobernador de Ilocos Norte, el feudo familiar, aunque tuvo que exiliarse junto con su familia en 1986 hasta su vuelta en 1991.

La popular alcaldesa de Davao e hija del actual presidente, Sara Duterte-Carpio, que se presentaba en tándem con Marcos al puesto de vicepresidenta, puede haber obtenido también una abrumadora victoria, con alrededor del 60 por ciento de los votos, según el recuento no oficial.

SITUACIÓN INÉDITA EN RECIENTE DEMOCRACIA FILIPINA

De cumplirse la abrumadora victoria de Marcos, estas serían las primeras elecciones en tres décadas en las que un candidato a la presidencia gana por mayoría absoluta en Filipinas, donde sólo se necesita más votos que cualquier otro para hacerse con la jefatura de Estado.

Esta situación otorgaría “Bongbong”, condenado por evasión fiscal en 1999, un poder y una libertad parlamentaria más amplia que la de su predecesor, Rodrigo Duterte, que ha gobernado con un estilo autoritario desafiando constantemente al Estado de derecho desde 2016.

Este confort político puede encontrarse sin embargo con una gran oposición en la calle, ya que Marcos cuenta con grandes detractores, entre los que se encuentran grupos de derechos humanos y un sector importante de la Iglesia católica.

“La sociedad civil, que probablemente se movilizará en la calle podría compensar la posible falta de oposición parlamentaria y actuar como contrapoder de facto”, explicó a Efe el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de la Salle, Ronald Holmes.

JORNADA ELECTORAL CON INCIDENTES

La jornada electoral ha estado marcada por las imágenes de las largas colas en los colegios electorales, donde los ciudadanos han tenido que esperar hasta más de cinco horas para depositar su voto y donde se han registrado muchos problemas técnicos con el voto electrónico.

La Comisión Electoral, que tuvo que extender la hora del cierre de las votaciones en la mayoría de los centros de votación, no ha dado datos de momento de participación.

CAMPAÑA EMPAÑADA POR LA DESINFORMACIÓN

La campaña de tres meses que acabó el sábado, se ha visto gravemente afectada por la operación de desinformación masiva que ha inundado las redes sociales con noticias falsas y ataques continuos entre candidatos.

Una desinformación, principalmente en Facebook, de la que lleva años advirtiendo la periodista y nobel de la paz filipina, María Ressa, que ha permitido reescribir el legado de Marcos e Imelda Marcos, que estuvieron en el poder entre 1965 y 1986.

Muchos filipinos consideran ahora a los Marcos como los modernizadores del país, patriotas, compasivos y ven aquellos años como la época dorada de Filipinas.

Además de la presidencia y la vicepresidencia, también se sometieron a votación 12 asientos en el Senado, el Congreso y numerosos cargos provinciales y locales.

EFE

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