César Pérez Vivas: El diálogo infructuoso

César Pérez Vivas: El diálogo infructuoso

“El diálogo lleva a reconocer la riqueza de la diversidad y dispone los ánimos a la recíproca aceptación, en la perspectiva de una auténtica colaboración, que responde a la originaria vocación a la unidad de toda la familia humana. Como tal, el diálogo es un instrumento eminente para realizar la civilización del amor y de la paz….” (Juan Pablo II. MENSAJE DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II PARA LA CELEBRACIÓN DE LA XXXIV JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ. 01/01/2001)

Para quienes compartimos los valores del humanismo cristiano el diálogo constituye una manifestación de la caridad y de la solidaridad. Es un deber humano buscar con el semejante el necesario acercamiento para compartir la vida y poder disfrutar las bondades de la creación. Bien lo señaló el Santo Papa Juan Pablo II que es el instrumento más elevado (eminente, lo califica) para lograr “la civilización del amor y de la paz”.

Nuestra nación, nadie lo duda a estas alturas, vive una catástrofe humanitaria muy lejana a una “civilización de amor y paz”. Estamos inmersos en un sistema promotor del odio y de la violencia, verbal y física, que ha afectado toda su estructura familiar, social, cultural y económica. Es más que evidente la necesidad de un dialogo para recomponer nuestra vida social y para retomar un camino hacia una civilización donde prive la justicia, la equidad, el derecho, el bienestar, y en consecuencia, la paz.