“No soy cochina, pero qué hago”: El infierno de vivir sin agua en Maracaibo

“No soy cochina, pero qué hago”: El infierno de vivir sin agua en Maracaibo

Según las estadísticas manejadas por el Observatorio Venezolano de Servicios Públicos (OVSP), en su última medición del año 2021, Maracaibo se mantuvo como la ciudad con las mayores deficiencias del servicio de agua con un 90,8% de las opiniones negativas.

Por Corresponsalía La Patilla





El pésimo suministro de agua potable es una tragedia en varias zonas de la región zuliana. Por ejemplo, en el municipio Mara, al norte de Maracaibo, tienen hasta un año sin recibir el servicio, mientras que en la capital del Zulia hay sectores que solo reciben agua dos veces por semana cada 60 días.

La solución

Según los estudios del Colegio de Ingenieros del Zulia, una correcta gestión hídrica para el suministro del agua potable se debe desarrollar de la siguiente manera.

 

Lo primero es la captación de agua en la cuenca productora, en sitios denominados embalses, luego la potabilización en plantas o sistemas de tratamiento, luego la conducción y, por último, la distribución a la población.

Ausberto Quero, presidente de la Comisión de Ambiente del Centro de Ingenieros del estado Zulia

En lo que se refiere a la primera parte (captación), en Venezuela existen más de 90 embalses, según la información aportada por el ingeniero Ausberto Quero, quien destacó que en términos de construcción la casi totalidad de los mismos fueron edificados antes de 1998, es decir, hace 25 años.

En la actualidad solo se concretó la culminación de los embalses El Diluvio, hoy en día Tres Ríos en el estado Zulia, el cual se planificó inicialmente para el riego de unas 20 mil hectáreas de cultivos en la Planicie de Maracaibo, pero actualmente contribuye apenas para el suministro de agua potable a Maracaibo y sus alrededores.

Una de las primordiales causas del deficiente servicio tiene que ver con la mega fuga de agua, en plena vía pública, en el sector Las Tuberías de Maracaibo que colinda con el municipio Mara.

El ingeniero Quero señaló que 2.000 litros por segundo se desperdician por esta vía ante la mirada indolente de Hidrolago, empresa estatal encargada del servicio de agua potable en la región.

Aunado a esto, los reservorios de agua en el Zulia son superficiales: Manuelote y Tule, de allí llega a la planta de tratamiento Alonso de Ojeda y luego a las tuberías de Maracaibo y centros de distribución.

Las fugas provocan, a juicio de los expertos, que se pierda unos dos metros cúbicos por segundo, es decir, 4.000 litros. Esta es la principal causa del quiebre en el suministro, sumado a la falta de mantenimiento en Tule.

“Es un delito dejar que 2.000 litros se pierdan por segundo. Si reparan esta avería, se ahorraría agua que puede ser enviadas a zonas de la ciudad que viven en sequía. Así se genera otro problema para el consumidor y el único culpable es el régimen y la inoperancia para realizar las cosas”, acotó Quero.

Las tomas clandestinas

Ante esta ineficiencia en la distribución, que ya arriba a dos años en el Zulia, los ciudadanos han tomado sus “propias iniciativas”, y de manera independiente las familias hacen pozos artesanales, otros rompen el pavimento para llegar a la tubería madre y de allí conectarse para recibir agua.

Según el experto es un error garrafal que a corto plazo puede tener un efecto negativo en la sociedad en general. “Para hacer un pozo se debe efectuar un sondeo electrovertical para determinar la cavidad y durabilidad, y estos estudios no se realizan. Cada cual soluciona como puede por la falta de agua, y esto puede generar una intromisión de la cuña salina del lago de Maracaibo en las aguas para el consumo humano. Es un tremendo lío”, señaló.

Aura González vive en el Barrio Cujicito. En un recorrido que realizó La Patilla en la zona oeste de la ciudad, conocimos la sequía que viven estos moradores. En el sector Rafito Villalobos, en el barrio donde reside González, el agua llega solo una vez al mes. “No tengo capacidad para almacenar agua para 30 días y no siempre tengo dinero para comprar”. Contó que dejó de mortificarse y vive un día a la vez.

“Nos bañamos con un balde pequeño. El agua que cae, la dejamos en un recipiente y con eso damos bomba al baño. En otra taza pongo agua para lavar los platos y debe durar 5 días sin cambiar para que medio rinda el agua, no puedo hacer más nada. No cuento cada semana con 5 dólares para recargar agua, pues gano como bedel 16 bolívares quincenales”.

La sexagenaria vive con dos nietos que su hija le dejó, porque partió a Colombia en busca de una mejor vida. “Los niños se ensucian, no lo puedo bañar todos los días. No soy cochina, pero qué hago, aquí en Venezuela todo es así. No puede uno hacer las cosas como en el pasado”

El también presidente de la Comisión de Ambiente del Centro de Ingenieros del estado Zulia, Ausberto Quero, destacó que el suministro de agua en Maracaibo proviene de los embalses Manuelote y Tulé, donde por problemas de bombeo se limita la cantidad de agua que llega a la planta de tratamiento (Planta C), lo cual aunado a las tomas clandestinas en el sistema de distribución principal, hace muy limitada la cantidad de agua para la ciudad, lo cual está en el orden de unos 4 o 3 metros cúbicos y se necesitan 8 para un óptimo bombeo.

En la planta de tratamiento (planta C), no todos los sedimentadores funcionan al 100%,con lo cual el proceso de tratamiento de agua potable que va a Maracaibo y sus alrededores se limita.

Según un estudio de la Organización Mundial de la Salud, el 28 % de la población mundial no tiene acceso al agua potable, entendiendo por esto al servicio seguro con la debida frecuencia y calidad. Los ciudadanos del Zulia están en este porcentaje con la dramática crisis en la distribución de agua que padecen todos los días.

Ningún ente tiene una estimación de cuántas tomas ilegales y pozos artesanales están activos en la región, pero se sabe de su existencia cuando se observa el pavimento roto y tuberías improvisadas o bombas para poder halar agua y disfrutar a medias de este servicio, que es un derecho humano.

Luisa Can vive en el barrio Torito Fernández. Dijo que se le olvidó la última vez que el agua llegó por tubería. El desespero, la sed, la ropa sucia, la invasión de moscas y otros insectos por no limpiar bien su casa, lo hicieron tomar la decisión de romper la carretera y pegarse de la tubería.

El agua como negocio

Luis Guerra tiene un camión cisterna. Vende agua: una pipa de 200 litros a un dólar y medio. El año pasado costaba un dólar, pero los gastos operativos, la escasez de combustible, aunado al alza de los artículos de la canasta básica fueron las causas del incremento.

“La gente nos critica, pero si no fuera por nuestro trabajo, menos agua tendrían. Yo voy al llenadero, cargo mi camión y les llevo agua hasta su casa, y debo cobrar por ese servicio. Pero la gente se queja, y la verdad es que deben quejarse ante Hidrolago”, apuntó.

Carmen García de 70 años vive en el sector La Victoria. Considera que la crisis del agua es “un negocio”. “Deberían investigar a la directiva de Hidrolago, al ministro de Agua, a ver porqué no resuelven el problema del agua. Analizando esta situación, para los dueños de los camiones es un negocio vendernos el agua. Sé de un militar que tiene 4 camiones”, denunció.

El ingeniero Quero advirtió a la población que de continuar las fugas, la proliferación de pozos, la no corrección de las fallas y la falta de mantenimiento a las plantas, estarían en riesgo de colapsar las cuencas por el exceso de sedimentos.

Urge la descentralización

Virgilio Ferrer, diputado zuliano de la legítima Asamblea Nacional, sostiene que la precariedad en el suministro de agua potable “es de vieja data”. Con cada cambio de ministro, un rumbo diferente toma el problema, que nunca es resuelto.

Ferrer estima que en la actualidad la solución para la distribución del agua es que se descentralice la administración de este servicio para que pueda tomar un cauce positivo para el Zulia.

“Aunque suene poco creíble, hay familias en el Zulia que nunca en su vida han recibido agua por tubería. Este es un derecho humano que debemos de disfrutar todos los ciudadanos del mundo”.