Conmovedora de principio a fin. “Yara”, la película basada en hechos reales, que cuenta la historia de cómo la implacable fiscal Letizia Ruggeri resolvió uno de los crímenes más espeluznantes de Italia, es una de las más vistas de Netflix a pocos días de su estreno. Ruggeri movió cielo, mar y tierra para hallar al asesino de Yara Gambirasio, una niña de 13 años que desapareció el viernes 26 de noviembre 2010 sin dejar rastro y tres meses después fue encontrada sin vida en un campo a diez kilómetros del lugar donde fue vista por última vez. Así lo reseñó El Comercio.
El cuerpo de la menor presentaba heridas y señales de violencia. En el juicio se supo que la adolescente sufrió mucho antes de morir, pues los cortes en el cuello y los golpes en la cabeza y la espalda no fueron la causa de su deceso, sino que perdió la vida a consecuencia de una hipotermia. Lo que quiere decir que, luego de masacrarla, su asesino la abandonó para que se muriera de frío en un terreno desolado. El móvil del homicidio habría sido sexual por la evidencia que dejó el criminal en la ropa interior y los pantalones de Yara; sin embargo, la adolescente se defendió.
Yara era la segunda de cuatro hermanos y asistía a la escuela de Maria Regina de la localidad de Brembate di Sopra, en Bérgamo. El viernes que desapareció había almorzado pescado con arvejas en su casa. No le tocaba ir al gimnasio; sin embargo, ese fatídico 26 de noviembre acudió a ese lugar para prestarle una grabadora a su maestra. Luego de observar un momento el ensayo de las niñas más pequeñas de su colegio, se retiró y no volvió a ser vista nunca más. Sus padres Maura Panarese y Fulvio Gambirasio denunciaron su desaparición dos horas después.
¿Cómo se resolvió el crimen?
El primer paso que dieron las autoridades fue organizar una búsqueda masiva de la menor, con voluntarios, amigos y familiares; sin embargo, esta tarea no dio ningún fruto. En medio de los intensos esfuerzos por encontrar a la pequeña con vida, un marroquí fue arrestado debido a una mala traducción en las interceptaciones telefónicas y fue exonerado luego de que se hallara el cuerpo de Yara y junto con él muestras de ADN que demostraron su inocencia.
El 26 de febrero de 2011, el cuerpo de Yara fue encontrado por un vecino aficionado a los aviones a control remoto en un campo de Chignolo d’Isola. Meses más tarde, el 8 de abril, los investigadores hallaron cerca de donde yacía el cadáver de la adolescente una prenda de ropa masculina, pero luego se descartó al sospechoso porque tenía una coartada, había estado en el Perú el día del asesinato.
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