El convenio chimbo del chavismo con Irán que dejó seca a Nueva Esparta

El convenio chimbo del chavismo con Irán que dejó seca a Nueva Esparta

 

 

 





 

El incumplimiento de un convenio con Irán condenó a la sequía a los margariteños y cochenses, quienes en el mejor de los casos reciben el suministro de agua potable por ciclos de servicio de hasta 45 días.

Dexcy Guédez // Corresponsalía La Patilla

En la poblaciones más alejadas y altas, suman años que no reciben agua por tuberías, mientras que en las zonas más vulnerables, como por ejemplo la isla de Coche, usan agua de mar, de lluvia o de los aires acondicionados para atender necesidades cotidianas como el uso de los baños.

El diputado a la Asamblea Nacional por Nueva Esparta, Orlando Ávila Guerra, vicepresidente de la Comisión de Ambiente del parlamento nacional, aseguró que desde la inauguración y puesta en servicio del sistema submarino a través los embalses Clavellinos y Turimiquire, por parte del presidente Rómulo Betancourt en 1960, no se han realizado inversiones similares en una obra de ingeniería como esa, la cual recorre más de 50 kilómetros entre la tierra y el mar.

El parlamentario recordó que la más grande inversión realizada por el gobierno de Hugo Chávez, fue en 2004 y concluyó en el año 2008, y se trató de la construcción del acueducto Luisa Cáceres de Arismendi, un tramo de tubería de 90 kilómetros que fue colocada de forma paralela al viejo acueducto de Clavellinos.

Apuntó que ese proyecto mediante el convenio con Irán se inició, pero nunca llegó a completar las obras previstas en tierra firme, como tampoco se instaló el tramo submarino, cuya financiación estaba incluida en ese trato por un monto superior a los 190 millones de dólares para esa época.

La segunda fase del convenio Irán-Venezuela fue firmado el 25 de noviembre de 2009, con el fin de fortalecer la infraestructura hídrica y sanitaria en todo el país, pero con prioridad en Nueva Esparta, dada su condición de insularidad. Eso contemplaba la ampliación de la segunda etapa del acueducto Luisa Cáceres de Arismendi y la instalación de una tubería submarina entre los estados Sucre y Nueva Esparta.

“Además, con el incumplimiento del convenio hubo que desechar el plan complementario para la recuperación del sistema de tuberías de distribución interna”, recordó el parlamentario neoespartano.

Informó que instaron a la Asamblea Nacional (en ese entonces con mayoría oficialista) para que abriera una investigación que precisara cuánto fue la inversión en la primera fase del convenio y conocer el destino del restante, pero eso nunca tuvo respuesta.

Condenados a la sequía

El convenio chimbo del chavismo con Irán que dejó seca a Nueva Esparta

 

 

 

Beatriz Ávila, especialista en la materia y quien estuvo al frente de la gerencia de la Hidrológica del Caribe, Hidrocaribe Nueva Esparta, entre los años 2000 y 2009, recalcó que ese incumplimiento del gobierno iraní, ha contribuido a que desde hace mucho tiempo la continuidad del suministro de agua en la isla de Margarita, haya sido interrumpida o intermitente desde entonces.

Acotó que reducir los ciclos de agua como ocurre en las islas de Margarita y Coche, requiere de un proyecto integral técnico, económico y social, que además debe incluir a los habitantes de ambas islas para que se pueda desarrollar una cultura de consumo frente a esas condiciones.

“El problema más grave es el creciente deterioro del servicio que se viene evidenciando con largos ciclos de espera para el abastecimiento y con condiciones técnicas, como presión, calidad y cantidad que no resultan nada favorables para los margariteños y cochenses”, apuntó la experta.

Confirmó que el proyecto con financiamiento iraní estuvo planteado en el año 1999 y tendría una proyección a 20 años, pero prácticamente solo alcanzaron a implementar lo relacionado con los aspectos organizacional y comercial, pero la parte técnica quedó a medias.

Agua no apta

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La exgerente de la hidrológica insular refirió que ante la falta de grandes inversiones, era de esperarse que crecieran las dificultades con el suministro de agua, como en efecto ha ocurrido. Afirmó que eso seguirá teniendo consecuencias negativas directas para la población neoespartana que viene resintiendo el problema tanto en la cantidad como en la calidad del agua. Aseveró que se ha vuelto recurrente que el tratamiento de agua sea cada vez más deficiente.

“A simple vista se percibe la falta de aplicación de sulfato de aluminio, químico que garantiza la cristalinidad al unir las partículas dispersas, y en consecuencia, los pasos subsiguientes del proceso de potabilización, incluyendo el de cloración, han venido fallando, y el resultado no es otro que un agua altamente turbia, que aun hirviéndola, no pierde tal condición”.

Ratificó que si no se cumple con las normas físicas y organolépticas estipuladas, el agua se convierte en un riesgo para la salud de los consumidores, con mayores efectos y peligros en la población conformada por niños y adultos mayores.

La exgerente de Hidrocaribe insistió en que el deterioro del servicio de agua en ambas islas está cada vez más acentuado, lo que se demuestra con el hecho que a diario, en cualquier zona de Margarita y Coche, es cotidiano ver personas de cualquier edad caminando con carretillas con todo tipo de contenedores de agua, al igual que llenando envases en tuberías improvisadas que por desperfecto fugan el líquido.

“Hasta bañarse en la vía pública es parte de las escenas diarias que ponen a la vista la cruel realidad de la falta de agua”, sentenció el diputado Ávila.