Carlos Ochoa: La Armada invencible en México

Carlos Ochoa: La Armada invencible en México

En 1588 Felipe II organizó una flota con barcos de todos los calados y armamentos para invadir Inglaterra y deponer a Isabel I, la empresa militar terminó en desastre para España, Inglaterra intentó devolverle el favor fracasando también y las diferencias entre ambas potencias  se zanjaron en un tratado que puso fin a las hostilidades unos años después. 

El sector con más representatividad de la oposición en la Asamblea Nacional de 2015 y el régimen de Maduro se encuentran negociando en México, la oposición por insistencia de sus aliados que apuestan a una solución electoral de la crisis, sumada a la presión legitima de la dirigencia de las regiones que aspiran a las gobernaciones, alcaldías, parlamentos regionales y concejos municipales y el régimen, por la necesidad que tiene de legitimarse y buscar aire por las sanciones a los jerarcas que los tienen en dique seco, varados en Venezuela sin poder desplazarse con libertad por temor a ser capturados por la justicia norteamericana.

Uno puede preguntarse en el caso de la oposición que decidió participar,  de dónde saca tanto optimismo para afirmar que el descontento mayoritario en contra de Maduro, se puede convertir en movilización política electoral el 21 de noviembre. La verdad es que si no se logra un cronograma electoral que incluya la elección presidencial que nos deben, un revocatorio con garantías  o al menos las parlamentarias nacionales, esa reunión en México no va a contar con las condiciones meteorológicas favorables y la Armada opositora puede correr con la misma suerte que la de Felipe II, zozobrando en el mar sin llegar ni siquiera a combatir por la dispersión causada por la artillería enemiga.





Sin embargo como he escrito antes, le doy el beneficio de la duda a esas conversaciones, ojalá este nuevo intento tenga para la democracia venezolana algo positivo, se ve difícil pero hay incógnitas en la ecuación de México que no han sido despejadas y pueden cambiar el paisaje.

Por lo pronto en las regiones los partidos hacen esfuerzos para construir la unidad que les permita presentar batalla en noviembre, pero la intención de ir a votar carece de entusiasmo, principalmente porque no hay coherencia en el relato, por un lado Guaidó dice que no hay condiciones y por el otro, Capriles y Ramos Allup, anuncian su decisión de participar antes de que concluyan las reuniones y nos enteremos de su resultado. 

Con estos capitanes dando órdenes y contra ordenes y navegando a ciegas, las contradicciones opositoras no permiten que el descontento se convierta en movilización política.

Lo conveniente hubiera sido explicar al país y a la militancia de las regiones, que por razones tácticas y en virtud de los plazos que fijó el CNE del régimen, se inscribirían candidatos, pero que la decisión de participar o no, se tomaría tomando en cuenta los resultados de México. Una estrategia de esa naturaleza no produce confusión, al contrario, crea una expectación y una presión adicional en la mesa de negociación y lo que es más importante, presenta un liderazgo político opositor unido de cara al país que lo reclama, en medio de tantas tormentas y naufragios que nos ha tocado vivir, en parte por la falta de una conducción política coherente,  que ponga en aprietos a la dictadura que se mantiene por la fuerza y no por la razón.