Los padres de la niña la llevaron rápidamente al hospital después de que sus heces se volvieron negras, lo que llevó a los médicos a descubrir una “masa” dentro de su estómago.
Por News
Traducción libre de lapatilla.com
Los médicos en Rusia, sorprendidos, descubrieron cientos de bolas magnéticas atrapadas dentro del estómago de una niña, que se tragó dos meses antes.
Los cirujanos de Moscú retiraron minuciosamente las 209 esferas metálicas “potencialmente letales” una por una con un dispositivo endoscópico después de que se detectaran rastros de sangre en las heces de la niña.
Después del procedimiento de dos horas, revelaron que algunas de las bolas habían desarrollado bordes afilados que podrían haber perforado el revestimiento del estómago.
La niña de dos años aparentemente se había tragado las bolas magnéticas más de dos meses antes de que la llevaran al hospital.
Fue solo cuando sus padres notaron que sus heces eran negras, un signo de hemorragia interna, que buscaron ayuda médica. Después de contactar a los médicos, sus padres comenzaron a notar la aparición de bolas de metal de colores en sus heces.
Luego fue trasladado de urgencia al Instituto de Investigación de Cirugía y Traumatología Infantil de Emergencia, donde una radiografía reveló una masa metálica en su estómago.
Las bolas magnéticas “potencialmente letales” aparentemente eran parte de un juguete para niños con el que la niña había estado jugando.
Después de la operación exitosa, ahora se informa que la niña goza de buena salud.
El año pasado, una niña de Melbourne tuvo la suerte de sobrevivir después de que se tragara 32 imanes con forma de cojinete de bolas del interior de un juguete durante el encierro.
Imogen Ferguson, de 18 meses, tuvo que someterse a una cirugía de emergencia para extraer los objetos mortales de su estómago y sus intestinos.
“Estos imanes pueden ser extremadamente peligrosos y erosionar el tejido intestinal cuando intentan conectarse entre sí. Causan múltiples agujeros en el intestino y son potencialmente mortales”, declaró el cirujano del Hospital Monash, Chris Kimber.
La madre de Imogen, Teigan Brown, relató que había “llorado y llorado” cuando descubrió que su hija se había tragado los imanes.
Imogen había estado aislada durante la crisis del coronavirus con su hermana Heidi, de 4 años, quien también ingirió dos imanes.
La Sra. Brown comentó que las niñas se habían quedado solas durante unos “segundos” cuando encontraron un juguete.