Las autoridades bielorrusas informaron el lunes de la detención de 300 personas en la manifestación de la víspera de la oposición, que desde agosto protesta contra la reelección considerada fraudulenta del presidente Alexander Lukashenko, en el poder desde 1994.
“Los policías advirtieron varias veces sobre la inadmisibilidad de acciones ilegales y tomaron medidas para reprimir la violación de la ley. Unas 300 personas fueron detenidas en Minsk y en su región”, indicó el servicio de prensa del ministerio del Interior bielorruso.
La manifestación del domingo congregó a entre 20.000 y 30.000 personas en las calles de Minsk, antes de que una parte del cortejo se dirigiera hacia un sitio emblemático de las represiones estalinistas, en las afueras de la capital.
Esta concentración fue dispersada por la policía, que utilizó granadas aturdidoras. Más temprano el domingo, las fuerzas de seguridad efectuaron disparos de advertencia para dispersar a la multitud, sin que se definiera el tipo de arma utilizada.
Desde su controvertida reelección el 9 de agosto, el jefe del Estado, de 66 años, hace frente a un movimiento de protesta sin precedentes que reúne cada semana a decenas de miles de manifestantes, pese a la violencia policial y a las miles de detenciones.
Tras casi tres meses de manifestaciones, la situación parece estancada ante el rechazo de Lukashenko a abandonar el poder.
La principal opositora en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, llamó esta semana a una huelga nacional para hacer ceder al gobierno.
Pero, ante las presiones, el movimiento no ha paralizado la economía, en gran parte controlada por el Estado.
Esta semana, Lukashenko ordenó a las fuerzas de seguridad castigar duramente a sus críticos, aunque llamó a “no hacer prisioneros”. Las autoridades habían advertido con anterioridad que, de “ser necesario”, podrían usar balas reales contra los manifestantes.
AFP