AP: Venezuela recurre a empresa asiática para eludir sanciones

AP: Venezuela recurre a empresa asiática para eludir sanciones

En esta foto del miércoles 2 de septiembre de 2020 se observa la torre Tipco, localizada en Bangkok, Tailandia. Tipco Asphalt es una de las mayores compañías asiáticas de asfalto y ha ayudado a Venezuela a mitigar el impacto de las sanciones de Estados Unidos en contra de la nación sudamericana y su empresa petrolera estatal, según una investigación de The Associated Press. (AP Foto/Gemunu Amarasinghe)

 

En enero pasado, la compañía petrolera estatal de Venezuela ya resentía los efectos de una serie de sanciones de sanciones económicas que Estados Unidos comenzó a aplicar un año atrás. Muchas de las cuentas bancarias que PDVSA tenía en el extranjero habían sido congeladas o cerradas, lo que dificultaba su capacidad de pagar a los proveedores de los que dependía para mantener el flujo de crudo en la nación sudamericana.

Por Joshua Goodman / The Associated Press





Así que, a medida que se acumulaban las facturas, la empresa decidió apoyarse en un cliente de Tailandia de mucho tiempo, Tipco Asphalt, para mitigar el impacto de las sanciones: a cambio de grandes descuentos en el precio del petróleo, Tipco pagaría las facturas de PDVSA y deduciría las cantidades de lo que le debía al gigante petrolero de Venezuela, según registros obtenidos por The Associated Press.

PDVSA rápidamente aprovechó el arreglo: en un solo día —el 10 de enero de 2020— la empresa envió a los ejecutivos de Tipco 43 correos electrónicos relacionados con instrucciones de pago, lo cual provocó una leve reprimenda por parte de Jean-Pierre Pastor, el representante de Tipco en Venezuela, quien se quejó del exceso de trabajo.

“Tipco es un cliente de PDVSA, no el banco central venezolano”, escribió Pastor en negritas y subrayado en un correo electrónico a la petrolera estatal.

“Tipco hizo todo lo posible por ayudarles en este periodo difícil”, agregó. “Esperemos que no lo olviden”.

El correo electrónico es sólo uno de las docenas de documentos obtenidos por la AP como parte de una investigación de meses sobre cómo Venezuela trata de eludir las duras sanciones estadounidenses que han exacerbado un colapso económico rara vez visto fuera de zonas de guerra. En un momento en el que el gobierno de Nicolás Maduro es visto como un paria en Occidente, el arreglo con Tipco le ha permitido a PDVSA mover silenciosamente cientos de millones de dólares alrededor del mundo que de otra manera quizá no habría podido hacer, según muestran los registros.

La empresa tailandesa que cotiza en bolsa dice que sus pagos a terceros son perfectamente legales y una característica estándar de sus compras de petróleo a Venezuela, las cuales no están prohibidas por las sanciones de los Estados Unidos, que aplican sólo a empresas estadounidenses. No obstante, la AP se ha enterado de que las autoridades judiciales de Estados Unidos y la administración Trump examinan estos pagos, los cuales consideran un salvavidas financiero para Maduro.

Los documentos —facturas, contratos y registros de giros electrónicos— le fueron entregados a la AP por un exconsultor de PDVSA fuera de Venezuela con la condición de mantener su anonimato por temor a represalias.

Los abogados y contadores forenses que revisaron los documentos a solicitud de la AP dijeron que Tipco podría ser sancionada por desafiar la política estadounidense que busca privar a Maduro de ingresos petroleros —un riesgo que la misma Tipco reconoció el mes pasado. Procesar pagos para una empresa sancionada también podría impulsar una investigación de fraude criminal o lavado de dinero contra Tipco en los Estados Unidos si estuvieran involucradas instituciones financieras o empresas estadounidenses, como parece ocurrir en algunos casos, dijo David P. Weber, quien durante años investigó la corrupción cuando trabajaba en el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y en la Comisión de Valores.

“Podría haber parecido una buena idea obtener ganancias como intermediario financiero”, dijo Weber, quien es ahora profesor de contabilidad forense en la Universidad Salisbury, en Maryland. “Pero al participar en esa actividad tan arriesgada, Tipco se unió a uno de los gobiernos más despreciables del mundo”.

El 11 de septiembre —cuatro días después de que la AP le enviara preguntas detalladas—, Tipco anunció que dejaría de comprar crudo de Venezuela por presiones de la administración Trump.

En una declaración ante la Bolsa de Valores de Tailandia, la compañía señaló que fue contactada por primera vez por la Embajada de los Estados Unidos en Tailandia en diciembre de 2019, y un mes después proporcionó a los diplomáticos estadounidenses una explicación por escrito de sus compras a Venezuela. Después, en agosto, volvió a ser contactada por el Departamento de Estado, que le advirtió que podía estar sujeta a sanciones de Estados Unidos si no cancelaba sus compras para finales de noviembre.

Un funcionario estadounidense dijo que el Departamento de Estado, en su último contacto, expresó su preocupación por el apoyo financiero de Tipco a PDVSA a través de pagos a terceros. El funcionario pidió no ser identificado porque las conversaciones, parte de un esfuerzo para trabajar proactivamente con las compañías para eliminar la necesidad de sanciones, fueron privadas.

La AP no pudo encontrar ningún registro de que Tipco alguna vez informara a los inversionistas de su contacto con las autoridades estadounidenses hasta que anunció el abrupto final de las compras de petróleo a Venezuela el mes pasado. Las normas de la bolsa de valores tailandesa requieren que las empresas revelen información que podría tener un “impacto significativo” en el precio de sus acciones o afectar las decisiones de inversión.

“Para evitar la sanción, la compañía está tomando medidas para cumplir con dicha solicitud”, señaló Tipco en su declaración, y agregó que su refinería en Malasia, que produce la mitad del asfalto de la compañía, tendría que cerrar temporalmente hasta que se levantaran las sanciones contra Venezuela o se encontraran otros suministros alternativos de crudo. Las acciones de la empresa se desplomaron un 40% después del anuncio.

En un correo electrónico a la AP, el director ejecutivo de Tipco, Chaiwat Srivalwat, no mencionó directamente el presunto apoyo financiero brindado a PDVSA vía terceros, excepto para decir que cualquier pago “correspondía estrictamente” a sus compras de petróleo de Venezuela. Tampoco quiso revelar detalles de la relación de la empresa con Pastor, quien es hermano de Jacques Pastor, antiguo miembro de la junta de Tipco y director ejecutivo de la oficina de Asia-Pacífico de Colas, la constructora de caminos francesa y principal accionista de Tipco.

“Hay muchos actores deshonestos dispuestos a comprar el petróleo de Venezuela”, dijo Weber, quien fue uno de los dos expertos que revisaron los llamados “Papeles de Panamá” que detallan las actividades financieras extraterritoriales de los ricos y poderosos del mundo. “Pero a falta de un banco dispuesto a procesar los pagos de PDVSA, un negocio de servicios monetarios sin licencia es la mejor opción, por la que Tipco recibió un pago generoso”.

Los Ministerios de Petróleo y Comunicación, que son los responsables del manejo de las consultas de la prensa sobre PDVSA, no respondieron a reiteradas solicitudes de comentarios.

Tipco es uno de los mayores distribuidores asiáticos de asfalto para caminos, carreteras y pistas de aterrizaje, con ingresos el año pasado de más de 1.200 millones de dólares, según su informe anual. La compañía francesa Colas, que también cotiza en bolsa, tiene una participación del 32%. La enorme refinería de Tipco en Malasia está diseñada específicamente para refinar el crudo extrapesado de Venezuela, que es posiblemente el mejor del mundo para el asfalto.

Como si fuera un procesador de pagos a terceros, Tipco transfirió varios millones de dólares de sus cuentas en el Siam Commercial Bank —el banco más antiguo de Tailandia— a clientes de PDVSA en todo el mundo, según muestran los documentos. En lugar de aceptar el pago directo por el crudo que vendió, PDVSA registraba lo que debía su cliente de mucho tiempo y periódicamente enviaba instrucciones detalladas a Tipco para pagar a sus proveedores a su nombre. El acuerdo fue descrito en los resúmenes de ventas de petróleo que vio la AP y en ellos PDVSA se comprometió a proporcionar facturas al igual que cartas de certificación bancaria de los terceros a Tipco para que la compañía tailandesa pudiera realizar los pagos correspondientes en el “debido tiempo”.

Desde principios de 2019, cuando la administración Trump sancionó a PDVSA para impulsar al líder opositor Juan Guaidó, casi 100 compañías recibieron cientos de millones de dólares de esta manera, de acuerdo con los registros. Entre ellas se encuentra el bufete de abogados global Dentons, compañías navieras con barcos petroleros registrados en jurisdicciones famosas por su secretismo, y pequeñas empresas venezolanas con cuentas bancarias en Rusia y Turquía, según los documentos. Incluso la OPEP, el cartel petrolero que Venezuela ayudó a fundar en 1960, recibió dos millones de euros (unos 2,3 millones de dólares) en cuotas a través de Tipco.

Con frecuencia, los proveedores de PDVSA no tenían idea de por qué les pagaba una compañía tailandesa de la que nunca habían oído hablar y mucho menos trabajado con ella. Ese fue el caso con un distribuidor para Kamaz, un fabricante ruso de camiones parcialmente de propiedad estatal, que recibió pagos por 10,2 millones de dólares por docenas de autobuses y chasises vendidos hace años, cuando Venezuela era su principal mercado regional. Entre los compradores se encontraba el estado de Aragua, cuyo gobernador en ese momento, Tareck El Aissami, es ahora el ministro de Petróleo de Venezuela.

“Nos pidieron alternativas, así que acordamos una cuenta en euros en vez de dólares”, dijo un representante de Kamaz Latinoamérica S.A. bajo condición de anonimato porque la compañía todavía espera recibir la otra mitad del pago que se le adeuda. “Nunca nos dijeron que Tipco nos pagaría”.

El arreglo fue conocido hasta las esferas más altas de Tipco, según los documentos. Varios correos electrónicos que contenían instrucciones para las transferencias estaban dirigidos al director ejecutivo de Tipco, Chaiwat Srivalwat. También estaba copiado Jean-Pierre Pastor, cuya empresa, Consulting and Services Associate SA, o CSA, no tiene sitio web. La firma en el correo electrónico de Pastor enlista números telefónicos en Venezuela, Tailandia y Suiza. Pastor registró a CSA en Ginebra en 2014, y listó a Bangkok como su lugar de residencia. Dio como dirección de CSA una suite en un edificio de oficinas en Ginebra dirigido por una firma de consultoría que representa a múltiples compañías ‘offshore’. Otros dos miembros de la familia parecen haber trabajado en la empresa, según los registros públicos.

“Cualquier información relacionada con CSA es asunto privado y familiar”, dijo Jean-Pierre Pastor en un breve correo electrónico, y se negó a comentar más.

Chaiwat, el director ejecutivo, dijo que la relación entre Tipco y CSA fue aprobada por las “autoridades pertinentes” sin la participación de Jacques Pastor. Sin embargo, no brindó detalles sobre el contrato con CSA ni dijo si se había revelado su papel en la gestión del mayor contrato de suministros de petróleo de la compañía. Colas no respondió a las repetidas solicitudes de comentarios.

“El nombramiento de CSA se basa únicamente en sus capacidades y no tiene nada que ver con esa relación” entre los hermanos Pastor, dijo.

No está claro si Tipco realizó mayores diligencias debidas a pesar de los grandes tratos con múltiples entidades sancionadas, dijo Weber. Dos días después de que una transferencia electrónica multimillonaria en euros a un banco ruso fuera rechazada porque el proveedor no tenía una cuenta en euros, un ejecutivo de Tipco le pidió a PDVSA que enviara nuevas instrucciones de pago, y el depósito se hizo en una cuenta en rublos en el mismo banco.

Siam Commercial Bank no respondió a una lista detallada de preguntas y repetidos intentos de comentarios. Chaiwat no quiso decir si Tipco alertó al banco Siam sobre que las transacciones involucraban a Venezuela, pero insistió que Tipco “siempre ha sido transparente con sus socios en todas las transacciones”.

Otro proveedor importante al que se le pagó a través de Tipco fue a una sucursal en Praga de Dentons, el bufete legal más grande del mundo por el número de abogados.

PDVSA contrató a Dentons para asesorarla en la reestructuración de sus bonos en incumplimiento de pago, muchos de los cuales fueron emitidos bajo las leyes de Nueva York, y para representarla en un número creciente de disputas alrededor del mundo. El arquitecto del acuerdo fue David Syed, un abogado políglota nacido en Irlanda, quien encabeza asuntos relacionados con deuda desde Europa. En 2017, Syed renunció abruptamente a su trabajo en Orrick, con sede en San Francisco y donde era socio, y saltó a Dentons después de que la firma estadounidense se rehusara a hacer negocios con Venezuela.

Según los documentos entregados a la AP, a principios de este año, PDVSA envió una carta a Tipco indicándole que transfiriera 500.486,48 euros (544.000 dólares) a Dentons Europe CS deducidos de lo que le debía por una entrega de crudo. Tres días después, los fondos fueron depositados en la cuenta de Dentons en Akbank, uno de los bancos más grandes de Turquía. El recibo de la transferencia electrónica que la confirma enlista un número de recibo que coincide con el que PDVSA le envió a Tipco, aunque no se menciona a Venezuela en el registro financiero.

“En caso de que el pago no llegue a la cuenta bancaria mencionada arriba y le sea regresado, PDVSA le proveerá con una nueva instrucción irrevocable de pago que sustituya a la actual”, dice la carta, que fue firmada por un vicepresidente de PDVSA y que tiene un sello corporativo en relieve.

En total, Dentons recibió de Tipco casi 6,6 millones de euros (7,5 millones de dólares) por su trabajo en una serie de casos abiertos de PDVSA, según muestran los registros.

“El complicado esquema mediante el cual Dentons recibió el pago de un tercero en Tailandia, a través de Turquía, por un trabajo supuestamente realizado en la República Checa a nombre de Venezuela genera preocupaciones éticas, de lavado de dinero y de cumplimiento”, dijo Weber.

La AP no encontró evidencia de que Dentons Europe tratara de ocultar alguno de sus tratos financieros con Venezuela ni que enfrente restricciones por sus tratos con PDVSA bajo las sanciones estadounidenses a menos que individuos o entidades ubicadas en los Estados Unidos hayan trabajado para el cliente o compartido las ganancias generadas por su negocio en Venezuela.

“Dentons Europe se ha cuidado de cumplir con todas las obligaciones legales y éticas aplicables”, dijo Amanda Lowe en una declaración escrita. “Dentons tiene políticas globales rigurosas diseñadas para garantizar el cumplimiento de todas las leyes, regulaciones y sanciones aplicables, así como los estándares más altos en la profesión legal en cada una de las jurisdicciones en las que ejercemos en todo el mundo”.

Mientras que la gran mayoría de las transacciones electrónicas para proveedores europeos fueron procesadas en euros, algunos proveedores con sede en los Estados Unidos también recibieron millones de dólares a través de Tipco y se encuentran ahora bajo investigación criminal federal, según cuatro funcionarios de procuración de justicia de Estados Unidos.

Los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato por tratarse de una investigación en curso, no mencionaron cuáles son las empresas estadounidenses. Sin embargo, cualquier pago a esas empresas violaría la prohibición a los estadounidenses —y a las empresas que los ayudan— para hacer negocios con la industria petrolera de Venezuela, excepto con una licencia del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.

Sergio Negreira, un investigador forense y abogado con licencia y sede en Miami, dijo que el acuerdo de Tipco con PDVSA era muy inusual y debería haber hecho sonar las alarmas dentro de la empresa.

“La recepción de pagos por parte de un tercero no relacionado es una enorme señal de alerta para actividades de lavado de dinero a través de vías comerciales”, dijo Negreira, quien es vicepresidente ejecutivo de Lowers Forensics International.

El director ejecutivo de Tipco, Chaiwat, nunca respondió a las repetidas solicitudes para entrevistarlo, pero negó enérgicamente cualquier delito o señalamientos de lavado de dinero.

“Lamentamos las insinuaciones en curso y los señalamientos incorrectos, y lo rechazamos categóricamente”, agregó.

Dijo que el asesoramiento legal que Tipco recibió, incluso de bufetes estadounidenses, nunca indicó que su adquisición de crudo de Venezuela violara las sanciones.

“Nunca le hemos brindado apoyo financiero o servicios a PDVSA”, dijo. “Esos pagos corresponden exclusivamente a la cantidad de crudo comprado a PDVSA”.

Chaiwat se negó a decir cuáles bufetes de abogados estadounidenses Tipco consultó y tampoco compartió con la AP lo que concluyeron, argumentando cláusulas de confidencialidad. Tampoco dijo si Tipco tenía licencia para proveer servicios comerciales monetarios ni si había realizado pagos similares en beneficio de otros proveedores.

Si bien no se liberaron pagos a empresas registradas en los Estados Unidos, según el conocimiento de Tipco, Chaiwat dijo que las debidas diligencias de la empresa no estaban enfocadas en la nacionalidad porque entendía que cualquier empresa estadounidense que hiciera negocios con PDVSA estaría en violación directa de las sanciones.

La dependencia que tiene PDVSA de Tipco como intermediario financiero ha crecido a medida que la compañía venezolana se ha visto afectada por la agitación derivada de las sanciones y años de una mala gestión, según un exproveedor. Una presentación reciente de PDVSA muestra que los ingresos extranjeros depositados en el banco central han disminuido 90% desde que las sanciones fueron impuestas hace casi dos años.

A fines de febrero, Maduro encargó a El Aissami —un exvicepresidente sancionado por los Estados Unidos por presuntos vínculos con el narcotráfico— la reestructuración del gigante petrolero.

Si bien El Aissami ha logrado consolidar su poder, no ha sido capaz de reactivar la producción que se ha desplomado a niveles no vistos desde la década de 1920. Los empleados de PDVSA se refieren a El Aissami con desdén, y a sus espaldas lo apodan “El Terminator” por su papel para destruir lo que queda de la industria, según el exproveedor, quien habló bajo condición de anonimato para evitar represalias. IHS Markit, una firma de investigación de mercado, pronosticó en agosto que Venezuela pronto podría producir casi cero barriles de petróleo a pesar de tener las mayores reservas del mundo.

¿Qué ganó Tipco con este acuerdo? Petróleo barato. Cuando los precios internacionales del crudo rondaron los 41 dólares este verano, PDVSA ofreció a Tipco descuentos en su crudo Boscan de alrededor de 25 dólares por barril en un envío de 700.000 barriles, según un resumen de cuatro páginas de la propuesta, dirigida al director de operaciones de Tipco.

Eso es mucho más de lo que debería haber sido un descuento de alrededor de ocho dólares por barril por la mezcla de crudo similar al alquitrán, según la fórmula de precios de Venezuela para Asia, disponible públicamente. No está claro si Tipco aceptó la oferta de venta propuesta.

“PDVSA está en modo de supervivencia”, dijo Francisco Monaldi, un economista venezolano que dirige el programa de energía para América Latina en el Instituto Baker de Políticas Públicas de la Universidad Rice. “Debido a las sanciones no tienen alternativas, así que cualquiera que esté dispuesto a asumir los riesgos legales y de reputación puede aprovecharse fácilmente”.

Para endulzar más el trato, PDVSA recientemente ofreció enviar el petróleo por sí misma, según documentos internos enviados a la alta gerencia de Tipco, lo que podría ahorrarle a la empresa tailandesa millones de dólares en costos de flete. El acuerdo, copiado de Irán —otro exportador de petróleo afectado por las sanciones estadounidenses— es una necesidad porque la administración Trump ha incluido en la lista negra a propietarios de embarcaciones, operadores de transporte marítimo y compañías de seguros que aún hacen negocios con el país sudamericano.

El director ejecutivo de Tipco dijo en sus correos electrónicos a la AP que cualquier descuento adicional que recibió siempre estuvo motivado solamente por la calidad del crudo y por los costos de transporte desde Venezuela, que se han disparado.

Sin embargo, Tipco parece haber hecho todo lo posible para mantener la atención lejos de sus compras venezolanas, según Weber y Negreira.

A pesar de obtener de Venezuela el 90% del crudo para su refinería en Malasia, no hay ninguna mención del país en su informe anual de 208 páginas. La última divulgación escrita con respecto a Venezuela que la AP pudo encontrar antes del abrupto anuncio del mes pasado sobre que pondría fin a las compras, aparece en el informe anual de 2018 de Tipco, que dice que había extendido un acuerdo de venta con Venezuela de cuatro a siete años. El director ejecutivo de Tipco dijo a la AP que desde principios de 2019 ha comprado 29.000 barriles por día, o casi 18 millones de barriles en total, el equivalente a alrededor de 53 días de producción actual del país, que es de.unos 340,000 barriles por día.

Los ejecutivos de Tipco dijeron a los inversionistas en mayo de 2020 que la interrupción del suministro de Venezuela es aún el “mayor riesgo” de la empresa. Pero en ninguna de sus conferencias telefónicas trimestrales mencionaron algún contacto con autoridades estadounidenses por sus compras de crudo al país sancionado.

“En este asunto hemos revelado oportunamente lo que era necesario y a medida que evolucionaba la situación”, dijo Chaiwat, el director ejecutivo.

Mientras Maduro se aferra al poder, los Estados Unidos consideran expandir las sanciones a las pocas empresas no estadounidenses que aún realizan negocios con Venezuela. Elliott Abrams, representante especial de los Estados Unidos para Venezuela e Irán, dijo el mes pasado que los Estados Unidos buscaban cerrar las lagunas legales que permitían a algunas compañías petroleras intercambiar crudo venezolano por combustible diésel —lo que dañaría potencialmente a los agricultores venezolanos que deben transportar los alimentos al mercado.

“Como tiene una refinería diseñada para procesar petróleo de Venezuela, hemos estado al tanto de las operaciones de Tipco y continuamos interesados en cómo hacen negocios”, dijo un vocero del Departamento de Estado de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.

PDVSA también se prepara para una mayor presión del norte.

Con los automovilistas en el interior que esperan durante días en la fila para llenar sus vehículos con gasolina cada vez más escasa, el gobierno propuso la semana pasada a la Asamblea Constituyente una “Ley Antibloqueo” para eludir las sanciones de los Estados Unidos. Entre las medidas para impulsar la inversión extranjera y prevenir fugas se encuentra una propuesta que le otorga a PDVSA poderes amplios para firmar acuerdos petroleros en secreto, según una presentación vista por la AP.

“El imperialismo ha jurado por todos los medios tratar de impedir el desarrollo de Venezuela y más allá del desarrollo de Venezuela, que el ejemplo palpable, irrefutable que ha tenido el Socialismo Bolivariano en la calidad de vida del pueblo, no sea ejemplo para otros pueblos, por eso se empeña el imperialismo y el gobierno de Estados Unidos en golpear con saña todas estas iniciativas”, dijo El Aissami en un discurso en el que describió el proyecto de ley.

Hasta la fecha, solo un puñado de compañías no estadounidenses han sido sancionadas por hacer negocio con PDVSA, incluida una unidad comercial del gigante energético ruso Rosneft, al igual que dos compañías mexicanas de reciente creación que se sospecha son la fachada de un empresario presuntamente cercano a Maduro. Pero casi tan pronto los compradores son descubiertos y castigados, emergen nuevos intermediarios de orígenes dudosos para llenar el vacío.

Las sanciones estadounidenses, no obstante, podrían resultar devastadoras para Tipco. Sólo se necesita ver lo que ocurrió con otro productor de asfalto que dependía de Venezuela, la europea Nynas, que se vio forzada a declararse en bancarrota después de que en octubre de 2019 le dijeron que dejara de importar crudo venezolano de inmediato. La compañía, con operaciones en Suecia, Alemania y Gran Bretaña, había sido copropiedad de PDVSA en un 50% en una empresa conjunta con la finlandesa Neste Oil, que el mes pasado dijo que estaba en proceso de vender su participación.

A diferencia de Nynas, que se había estado desenganchando del crudo venezolano desde que se vio envuelta en las sanciones estadounidenses a PDVSA en 2019, Tipco ahora busca desesperadamente un reemplazo. Cuatro días después de anunciar que dejaría de comprar petróleo de Venezuela, dijo que continuaría con sus esfuerzos para obtener suministros de las refinerías asiáticas y “de cualquier empresa comercializadora de petróleo”. Cuando se le preguntó si eso incluía a intermediarios que vendieran crudo producido originalmente en Venezuela, el director ejecutivo de Tipco dijo que seguramente compraría crudo venezolano que estuviera disponible a través de canales autorizados.

Sin embargo, cualquiera que sean los cuellos de botella de producción que enfrenta Tipco, palidecen en comparación con lo que PDVSA podría perder si se cierra un mecanismo de pago más.

Negreira comparó el sistema de pagos paralelos con uno largamente empleado por los cárteles de la droga colombianos, que, como PDVSA, enfrentan obstáculos para acceder a monedas fuertes como el dólar estadounidense. Durante años, grandes empresas de los Estados Unidos que exportaban bienes a Colombia fueron cómplices, sin saberlo, de ayudar a los cárteles a acceder a fondos vía lo que se conoce como el mercado negro de cambio de pesos, donde los cárteles pagan a los exportadores estadounidenses que buscan un tipo de cambio favorable por parte de empresas fachada con cuentas estadounidenses.

“Tipco debería haber actuado mejor”, dijo Negreira, quien ha colaborado con las autoridades estadounidenses en investigaciones de fraude y corrupción en Latinoamérica. “Que se les pida hacer pagos en nombre de una entidad sancionada por los Estados Unidos a terceros no relacionados en todo el mundo no tiene ningún propósito razonable de negocios, excepto quizás calmar a PDVSA, comprar crudo con un descuento significativo u obtener una comisión por la transacción”.