El coronavirus amenaza a Venezuela desde Maracaibo

Un miembro del personal de Médicos sin Fronteras se prepara para esperar a que los pacientes se hagan la prueba de COVId-19 frente a una bandera venezolana en el Hospital Pérez de León del barrio de Petare, en el este de Caracas, el 23 de junio de 2020, en medio de la nueva pandemia de coronavirus. . (Foto por Federico PARRA / AFP)

El coronavirus ha elegido a Maracaibo, la ciudad maldita, para causar sus primeros estragos en Venezuela. No podía ser de otra forma: la capital petrolera asediada por las distintas plagas revolucionarias, el gran paradigma del chavismo, es la primera gran afectada por la Covid-19, como si estuviera predestinada para ello.

Por DANIEL LOZANO / DIEGO SANTANDER / elmundo.es

La segunda ciudad de Venezuela enfrenta el peor brote de coronavirus en las peores condiciones posibles: con constantes apagones eléctricos, que van de la mano de la severa escasez de agua y gasolina. El estado ya cuenta con 724 casos de coronavirus -15% de los 4,779 reportados oficialmente-, y con un tercio de las 41 muertes por la infección.





Las alarmas prendidas en la que fuera la región más rica del país más próspero del subcontinente son también una advertencia para el resto de la nación, pese a las constantes arengas victoriosas de las autoridades bolivarianas. Pánico a que la pandemia golpee a un país tan debilitado como lo hace un tornado sobre una cabaña de madera.

Hasta ahora, más de 50 sanitarios del estado fronterizo del Zulia se han infectado y cinco han fallecido, según el Colegio de Médicos. Otros dos facultativos están hospitalizados en cuidados intensivos en el Hospital Universitario, el único “centinela” de la zona, como define el Gobierno de Nicolás Maduro a los centros especializados contra el coronavirus.

El hospital no se escapa de los constantes apagones, la otra epidemia que desde el año pasado golpea todos los días a sus habitantes, y nunca tiene agua. Los propios pacientes deben llevar el agua para tomar y asearse. A eso hay que sumarle que no hay suficientes equipos de protección para médicos y enfermeros, por lo que los trabajadores de la salud deben reciclar sus desgastadas mascarillas y guantes. Muchos sobreviven con sueldos de 4 dólares al mes, mientras que una mascarilla se vende a un dólar.

CORTES DE AGUA

Según la última encuesta nacional sobre el impacto de la Covid-19, de esta misma semana, el 73,4% de los venezolanos sufren cortes en el servicio del agua, muchas veces de mala calidad. Más del 20% no tienen agua desde hace más de una semana.

En los hospitales del país las fallas en el suministro de guantes supera el 75%. Las carencias se extienden a los guantes (fallan el 75% de la ocasiones), las mascarillas (56,25%) y el gel desinfectante (87,50%). Los llamamientos para conseguir estos elementos de bioseguridad y en la demanda de voluntarios para el hospital son constantes en las redes sociales.

“Cuando se dañan y no consiguen reemplazo, simplemente no vuelven al hospital. Hay un déficit enorme de personal, tenemos salas con 40 pacientes atendidos por apenas un médico y dos enfermeras. Muchas veces decenas de pacientes deben compartir un solo baño, que nunca tiene agua. El olor es nauseabundo”, confesó a EL MUNDO una doctora del hospital que pidió no mencionar su nombre por temor a represalias. Ha habido despidos, incluyendo al director anterior del hospital, por denunciar lo que ocurre.

Ya hay cerca de 200 pacientes con coronavirus en ese hospital, que apenas tiene siete camas de cuidado intensivo para los casos más graves, según tres médicos consultados que hablaron bajo anonimato. El vicepresidente del Parlamento, Juan Pablo Guanipa, certificó que, de las 200 camas del hospital, 183 están ocupadas por pacientes con coronavirus. “El hospital está a punto de colapsar, olvídense de que hay suficientes respiradores”, advirtió el diputado.

Los casos sólo siguen aumentando. El viernes, el ministro de Información y Comunicación, Jorge Rodríguez, reportó 44 nuevos casos sólo en Zulia, la mayoría de ellos relacionados con el principal foco de Venezuela, que se originó en el popular mercado de Las Pulgas, donde se venden alimentos a cielo abierto, bajo un calor sofocante, en medio de basura descompuesta.

“Hay una renuncia masiva de enfermeros y médicos en todos los hospitales, porque no tienen insumos para protegerse ni para trabajar. Están en total indefensión. El otro hospital para casos de coronavirus está al Sur del Lago y está en las mismas terribles condiciones. El Gobierno apenas reporta una parte de los casos, hay muchos más”, aseguró la parlamentaria Nora Bracho.

“MUCHOS MUEREN EN SUS CASAS”

Uno de los médicos aseguró que debido a las terribles condiciones de los hospitales, muchas personas con síntomas de coronavirus prefieren quedarse en casa sin hacerse la prueba, cuyos resultados pueden tardar hasta un mes porque solo se procesan en el Instituto Nacional de Higiene en Caracas. “Son muchos más los contagiados, y muchos de ellos están muriendo en sus casas”, agregó.

Varios trabajadores petroleros de Zulia, donde se perforó el primer pozo del país hace más de 100 años, también están contagiados, temerosos de ir a los hospitales públicos, y sin dinero para costear una clínica privada. Un audio de Javier Gutiérrez, uno de esos trabajadores petroleros que se contagió, se viralizó en las redes del país con su relato desgarrado de su paso por varios hospitales con fiebre de 40 grados sin que lo atendieran. Aunque en un hospital le dijeron que tenía coronavirus, en otro le aseguraron que sólo tenía neumonía.

“Tengo 40 grados de fiebre, estoy casi a desmayo, no he comido desde ayer, y si es así, me voy a joder”, resumió Gutiérrez en el audio pocos días antes de morir.