El miedo y la desesperación proyectan larga sombra en una Venezuela sin luz

El miedo y la desesperación proyectan larga sombra en una Venezuela sin luz

Nerio Paz y su cuñada.
Gustavo Ocando Alex.

 

 

Liliana Labarca, una estudiante universitaria venezolana de 23 años, ha dormido con un silbato junto a su cama desde el lunes. Su tío también tenía uno a mano mientras vigilaba desde el techo de su casa en el Barrio Calendario, uno de los distritos marginales más peligrosos y poblados de Maracaibo, en el noroeste de Venezuela, publica El Nuevo Herald.





 

POR GUSTAVO OCANDO ALEX 

Planean hacer ruido en la oscuridad de la noche si los asaltantes visitan el vecindario en medio del extenso apagón que ha dejado a su comunidad, y al 80 por ciento de Venezuela, sin servicio eléctrico por cuatro días consecutivos.

“Estos días han sido pésimos”, recordaba Labarca en la mañana del jueves, mientras esperaba que un autobús la llevara a casa desde el lado norte de la ciudad.

Maracaibo, una ciudad de 1.6 millones de habitantes, está a punto de cumplir cuatro días sin luz en un apagón que comenzó cerca de las 9:45 p.m. del lunes y que afectó al menos a 20 estados venezolanos.

Se mostró muy preocupada porque las áreas cercanas de su barrio fueron el epicentro de violentos saqueos en docenas de tiendas y almacenes cuando ocurrió el primer apagón entre el 7 al 13 de marzo.

Después de tres días de furia, 520 tiendas fueron saqueadas solo en Maracaibo, capital de Zulia, el estado más poblado y la región más rica en producción de petróleo de Venezuela. Labarca y sus vecinos temen que la violencia comience de nuevo si las luces no vuelven a encenderse.

“No hay comida. Todos los negocios están vacíos o cerrados. La gente dice que no aguanta el hambre”, dijo, dando crédito a rumores de posibles de nuevos saqueos en las calles en la ciudad.

La Cámara de Comercio de Maracaibo emitió un comunicado hace dos días exigiendo a las autoridades locales que pongan en marcha un plan de seguridad para evitar más saqueos durante el nuevo corte de energía.

El gerente de una de las tiendas más grandes en La Curva de Molina, en el oeste de Maracaibo, donde comenzaron los saqueos el 10 de marzo, admitió que tiene docenas de vigilantes armados que custodian la mayoría de los negocios de su jefe en varios lugares de la ciudad.

“Escuchamos rumores sobre saqueos y no vamos a tomar riesgos. Si este apagón es como el otro [del 7 de marzo], tememos que vaya a ser peor”, dijo a el Nuevo Herald. Pidió no ser identificado por temor a represalias.

 

Nerio Paz y su cuñada.
Gustavo Ocando Alex.

 

 

Nerio Paz, un empleado de 50 años del servicio local de aseo, dijo que en su barrio pobre Los Pescadores, en el lado norte de Maracaibo, están planeando nuevos saqueos si el corte de energía continúa.

Él, sus dos hijas y nietos comieron la pequeña porción de carne de res y pollo que tenían en sus refrigeradores en los primeros dos días del apagón.

“Tuvimos que comérnoslo rápido [carne y pollo que tenían refrigerado]. Ahora solo estamos comiendo granos. El apagón pasado fue terror puro. La gente vino corriendo de los barrios de enfrente del nuestro para arrasar con supermercados y farmacias. Si esta situación continúa, se va a poner bastante malo esto (…) esto sí va a estar grave”, dijo, deteniendo brevemente su larga caminata diaria desde su casa hasta el trabajo.

Ciudades fantasmas

Un ambiente de pueblo fantasma prevalece tanto de día como de noche desde que el gobierno nacional, que culpa a la oposición y a Estados Unidos por la interrupción del servicio eléctrico, suspendiera el pasado lunes todas las jornadas laborales y las actividades escolares del país.

Las luces en la calles permanecen apagadas. Las ciudades venezolanas se ven sombrías en la noche mientras la gente enciende velas y linternas en sus hogares. Solo algunos hoteles, restaurantes, farmacias y tiendas permanecen abiertos, gracias a que poseen generadores de energía.

Siga leyendo en El Nuevo Herald