Los jóvenes egipcios, los grandes ausentes en las elecciones presidenciales

Los jóvenes egipcios, los grandes ausentes en las elecciones presidenciales

El dedo de un votante está marcado con tinta dentro de una mesa de votación durante el segundo día de las elecciones presidenciales en El Cairo, Egipto, el 27 de marzo de 2018. REUTERS / Amr Abdallah Dalsh
El dedo de un votante está marcado con tinta dentro de una mesa de votación durante el segundo día de las elecciones presidenciales en El Cairo, Egipto, el 27 de marzo de 2018. REUTERS / Amr Abdallah Dalsh

 

En las filas de los colegios electorales cairotas apenas se ven jóvenes. Muchos de ellos han decidido no votar porque no son “elecciones verdaderas” y buscan con desesperación salir de un país en el que las personas de edad avanzada decidirán por ellos.

“Los jóvenes no van a poder hacer nada. La mayoría está en las cárceles o tiene miedo a salir. Todos los que van a las elecciones son gente mayor, ¿y estos son los que van a determinar nuestro futuro?”, exclama a Efe Rachida Hasan, una estudiante que se esconde bajo un nombre ficticio.





Ella tiene claro por qué no ha ido a votar: su hermano lleva desaparecido desde hace ocho días, dice, y culpa a las autoridades de su ausencia.

Hasan, de 19 años, no quiere apoyar al presidente Abdelfatah Al Sisi en unas elecciones en las que probablemente será reelegido y en las que se enfrenta a Musa Mustafa Musa, un rival desconocido.

La comisión electoral egipcia, que todavía no ha ofrecido datos de participación, afirmó ayer que esperaba que hoy acudieran más jóvenes a las urnas, dando por supuesto que su movilización ha sido menor que la de otras horquillas de edad.

El profesor de la Universidad Americana de El Cairo, el sociólogo Amro Ali, justifica a Efe la falta de interés de los jóvenes asegurando que tienen “una visión más democrática y plural” que aquellas personas de edad avanzada que todavía se fijan en las antiguas políticas y en la importancia de que el país tenga “un líder” que “salve” Egipto.

El hecho de no ver apenas jóvenes en los colegios electorales, que abrieron sus puertas el miércoles y cerrarán hoy a las 21.00 hora local (19.00 GMT), se debe al “hartazgo” que tienen al estar rodeados de “propaganda” por parte del Estado y los medios egipcios, asegura.

“Muchos de ellos quieren irse. Aquí pueden tener buenos trabajos (…) No es tan difícil. Esto es porque han perdido el sentido. Hay una destrucción de la ciudadanía, de las aspiraciones de lo que ellos pueden hacer, de dónde pueden ir…”, subraya Ali.

“Sin esperanza es un buen concepto para definir el estado de la juventud (egipcia). También miedo y desesperación”, arguye.

En un último intento por azuzar a los votantes la comisión ha anunciado hoy que impondrá multas de 500 libras egipcias (unos 28 dólares), tal y como estipula una ley que nunca se ha aplicado, a aquellos que estaba registrados en las listas y no han ido a depositar su voto.

A pocos metros de la puerta principal de la Universidad de El Cairo, localizada en la provincia de Guiza, otra chica que acompaña a Rachida, y quien también rehúsa identificarse, afirma que no ha ido a votar porque no hay elecciones verdaderas ni libertad.

“Ninguno de mis amigos ha ido a votar. De hecho, ¿tú ves que algún joven haya ido a votar?”, interpela la joven, también de 19 años.

Por otro lado, Ahmed Mahmoud, de 19 años y estudiante de Enfermería en la Universidad de El Cairo, alega que no ha acudido a las urnas porque su centro electoral está en otra ciudad, y la “distancia” no le ha permitido acudir.

Aunque señala que, de haberlo logrado, hubiese votado sin dudarlo por Al Sisi.

Minutos antes de que abrieran hoy las puertas de la escuela nacional de Zamalek, situada en el barrio homónimo, varios jóvenes se colaban en la fila para entrar a votar. Saludaban a las cámaras y alzaban los dos dedos en señal de victoria.

Unas cincuenta personas entraron para ejercer su derecho, excepto ese grupo de jóvenes, que en el último momento decidió salirse de la fila.

Preguntados por Efe, no quisieron identificarse y solo alguno de ellos aseguró entre titubeos que no entraban porque había demasiada gente.

Asimismo, varios confesaron que no residían en el barrio de Zamalek, que pertenece a la provincia de El Cairo, sino en el distrito de Aguza, localizado en la provincia de Guiza. Sin embargo, no explicaron cómo habían venido a votar a un centro ubicado en otra provincia.

Para el profesor Ali es necesario que el Estado conecte urgentemente con los jóvenes egipcios, en un país de 90 millones de habitantes, donde según la ONU, el 40% se sitúa en una franja de edad entre los 10 y los 20 años. EFE