Gustavo Tovar-Arroyo: El eterno retorno del voto perdido   

Gustavo Tovar-Arroyo: El eterno retorno del voto perdido   

Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr
Gustavo Tovar-Arroyo @tovarr

En búsqueda de una coincidencia

Creo que el principal esfuerzo que debemos hacer los venezolanos -en esta categoría no incluyo a los chavistas, mercenarios del narcotráfico- es dejar de insultarnos entre nosotros mismos. Tenemos que buscar coincidencias, una, dos, las que sean, pero coincidencias.

Pienso que la coincidencia inequívoca -entre los opositores sinceros y los países democráticos- es que hay que salir del criminal chavismo de manera radical y rápida.





La controversia es ¿cómo hacerlo?

La oportunidad perdida y el precipicio histórico

Nos hemos abstenido de votar y no ha pasado nada. Hemos votado y tampoco. Hemos marchado en las calles, protestado, hecho huelgas, solicitado juicios y tampoco. Incluso se ganó abrumadoramente la elección para elegir a los diputados -supuestos representantes del pueblo- a la Asamblea Nacional (AN), obteniendo potestades políticas y constitucionales para reconstituir todos los poderes públicos, fiscalizar la corrupción chavista y emprender un camino legal y legítimo hacia la recuperación de la libertad y la democracia, y no se hizo nada, no se luchó, se permitió que una minoría de narcotraficantes impusiera su tiranía.

La voluntad del pueblo quedó defraudada, se le prometió un cambio, se votó por ese cambió, se venció a la dictadura y no cambió nada, perdimos una oportunidad única. Sí, la perdimos, y caímos en un escarpado precipicio histórico.

Aquí estamos en el abismo.

Votar o no votar, da igual, la tiranía hace lo que le da la gana

Entre mordiscos, rasguños, patadas y empujones, las facciones de la oposición se debaten -otra vez- si participan o no en unas elecciones de antemano conocidamente fraudulentas y perdidas, cada quien con sus argumentos y pareceres, en la que los electoralistas viven de una ilusión suicida y piensan que, nada más y nada menos, en la elección presidencial -ahora sí- ocurrirá un acto de magia liberador y derrotaremos al narcochavismo. A los abstencionistas les irrita, con toda razón, tanta dudosa ingenuidad. Las puñaladas verbales entre ambos son bíblicas.

La discusión es tan hiriente como inútil. Votar o no votar, da igual, la tiranía hace siempre lo que le da la gana. Ricardo Hausmann acertadamente declaró: “En 2005 no participamos en las elecciones de la AN y el gobierno hizo lo que le dio la gana. En el 2015 ganamos las elecciones de la AN y el gobierno desconoció e hizo lo que le dio la gana. Implicación: en Venezuela el poder no tiene nada que ver con elecciones.”

La tiranía venezolana -sobran pruebas para confirmarlo- no es ni será una de esas tiranías de la cual se podrá salir con votos, se necesitará una rebelión total para liberarnos de ella.

Entre el lepe o el abrazo

Muchos de los más iracundos promotores del voto jamás han participado en una elección contra la dictadura chavista, jamás han movilizado un elector, no tienen idea de organización política ni de defensa del voto, no saben ni siquiera cómo es el proceso de votación ni cómo son las auditorías, pero promueven a gritos que votemos.

Su voluntarismo es enternecedor. A veces provoca abrazarlos, apretarles los cachetitos tiernamente, despeinarles la cabecita, darles un besito en la frente y mandarlos a la cama (para que sigan soñando). Otras veces lo que provoca es pegarles un lepe por charlatanes o pasmados.

Uno los observa con cierta duda: ¿qué aspiran legitimando a la dictadura y al bodrio criminal de la Asamblea Nacional Constituyente?

Sí, ¿qué aspiran?

¿Qué hacer?

Antes de participar en ninguna elección, la oposición debería acordar algo esencial para la unidad: la movilización y protesta para alcanzar condiciones electorales justas (no medianamente justas, como algún limosnero de justicia sugirió por ahí). Si no son capaces de lograr dichas condiciones, me pregunto: ¿cómo carajos pretenden reivindicar una victoria electoral contra la narcotiranía? ¿Cómo cobrarán la victoria? ¿Lo mismo que en 2013? ¿Bailoterapia?

No harán nada porque no tienen idea de qué hacer; perderán otra vez. No son capaces de organizar una piñata cómo aspiran organizar una rebelión popular contra una tiranía. Imposible, por eso votar en las actuales condiciones es un suicidio.

¿Eres suicida?

¿Qué hacer?

Hay una franca disposición del chavismo por instaurar su narcotiranía. Se han quitado la careta. La única salida posible -con o sin elecciones- es una rebelión nacional total, un desconocimiento civil completo. Llegamos al punto en que debemos escoger entre la esclavitud o la rebelión. Preparémonos si queremos ser libres.

Una rebelión total implicaría: planificación, organización y multitudinaria movilización a nivel nacional para ocupar todos los poderes públicos. Todo el país movilizado (carros, autobuses, tractores, motos, caballos, burros), por un lado para neutralizar las fuerzas de la tiranía y por otro, para ocupar Miraflores, La Casona, Fuerte Tiuna, gobernaciones, alcaldías, TSJ, AN, etcétera.

Necesitamos unidad.

¿Y si la tiranía no cede?

Sé que estamos cansados, sé que estamos mal heridos, sé que estamos llenos de sospechas unos con otros, pero también sé que estamos muy cerca del final. El chavismo es un cuerpo envenenado y enfermo. Una elección mal manejada nos enterrará y no hay manera de manejarla bien en estos momentos.

Volvamos a las calles para exigir condiciones electorales justas y llevemos las protestas al límite, si la tiranía no cede, que no lo hará, ocupemos todos los poderes públicos para que el poder constituyente (el pueblo) conquiste el poder constituido que ha sido usurpado.

No sigamos discutiendo e hiriéndonos entre nosotros, unámonos para la lucha final que, fuese cual fuese el escenario, implicará una rebelión total del bravo pueblo de Venezuela contra la tiranía chavista.

Cantemos el himno, unidos…

@tovarr