Valencia necesita soluciones, no llantos, por Judith Sukerman

Valencia necesita soluciones, no llantos, por Judith Sukerman

 thumbnailjudithsukermanHoy, cuando finaliza su periodo constitucional, sin poder mostrar ninguna obra o logro importante para el municipio, Miguel Cocchiola recurre nuevamente a su rol preferido: hacerse la víctima para culpar a otros por sus actos u omisiones.

Nos llama poderosamente la atención que con la difícil situación económica que atraviesa el país –y que a diario se agrava- ahora el Sr. Cocchiola pretende aspirar a la reelección, pues durante toda su gestión administrativa ha excusado sus incumplimientos en la falta de recursos. Todo indica que los próximos años, lamentablemente, serán  más complicados para nuestra economía, presentando un mayor desafío para los gerentes públicos. Ante esta realidad. ¿Qué ofrecerá Cocchiola a los valencianos para su pretendida nueva gestión, más excusas? ¿Más llanto y disculpas? Valencia necesita hombres y mujeres preparados para estos momentos difíciles, íntegros, responsables y valientes; que afronten el futuro con creatividad, voluntad y entereza, no con excusas, lágrimas y culpando a otros de su ineficiencia.

Como concejales, hemos cumplido Valencia y atendiendo las necesidades reales de los ciudadanos; hemos aprobado todos los créditos adicionales que se han solicitado en beneficio de la ciudad. Pero de igual forma, hemos sido firmes para negar nuestro voto cuando los recursos que se solicitan no se corresponden con el interés ciudadano o cuando no se encuadran dentro del marco jurídico establecido. Hemos alzado la voz cuando para advertir la necesidad de un cambio de rumbo, siempre apegados a nuestros principios y a la ley, con el único objetivo de beneficiar y proteger  al municipio. Y por eso hemos sido señalados por el señor Cocchiola de divisionistas en muchísimas ocasiones, pero preferimos eso a ser cómplices de las arbitrariedades e irregularidades administrativas que se han cometido.





En el mal manejo del presupuesto público municipal y por decisiones desacertadas de la tristemente célebre “Gestión Cocchiola”, se han dilapidado una enorme cantidad de recursos, en el inútil intento de vender al gobierno municipal como exitoso, en engañosas campañas publicitarias, eventos inoportunos, y obras caprichosas, desatendiendo los grandes reclamos ciudadanos. Basta transitar por cualquier calle de Valencia para comprobar las fallas de asfaltado, el casi nulo servicio de recolección de desechos sólidos, la inseguridad, la falta de alumbrado público, el desorden urbanístico. Todos sabemos que esa situación persiste desde el inicio de la gestión y no solo en estos últimos meses como quiere hacer ver el sr.  Cocchiola

El concejo municipal, del que formamos parte, no influye ni es es responsables por la gestión  del alcalde,  ni de la impericia y decisiones desacertadas del equipo de directores que lo acompañan. Por el contrario, nos ha tocado ser contralores de una administración que se ha destacado por la cantidad de políticas erradas que tanto han perjudicado a la ciudad; y de un burgomaestre que de los cuatro años de su mandato, ha pasado más más de año y medio fuera del país. A Cocchiola no le duele Valencia, porque prácticamente no vive en ella, sus intereses principales están en el extranjero. Su falta de compromiso en nuestras luchas ciudadanas y la desatención la ciudad lo demuestran. Pareciese que ya no siente arraigo por Venezuela, que está aquí de paso.

Este será nuestro único pronunciamiento respecto de las irresponsables declaraciones dadas por el alcalde. No haremos de esto el debate, que él procura con el fin de hacerse la víctima y conseguir el espacio mediático que no logra de ninguna otra forma. No le daremos tribuna, tendrá que escoger otro tema para distraer la atención de su mala gestión; no podrá hacer campaña metiéndonos en su absurda diatriba. Una cosa si está muy clara: se le acabó el tiempo, sin duda no podrá hacer y mucho menos convencer, en un mes, lo que no hizo en cuatro años.

@judithsukerman / judithsukerman@yahoo.com