El joven de 23 años Juan Pedro Lares, hijo del alcalde de Campo Elías (Mérida) Omar Lares cumplió un mes de estar preso en la cárcel del Helicoide en Caracas, luego de haber sido detenido por 200 funcionarios de la PNB y Tupamaros, el pasado 30 de julio cuando intentaban detener a su padre.
Nota de Prensa
Ramona Rangel, esposa del alcalde del municipio Campo Elías del estado Mérida, Omar Lares, explicó que “más de 200 funcionarios con armas largas entraron a mi casa de forma violenta e ilegal en contra de 4 personas, entre ellas mi hijo de 13 años, para detener a mi esposo. Debido a que mi esposo pudo salir, en venganza se llevaron preso a mi hijo de 23 años. Él no ha cometido ningún delito. Lo tienen preso solo por ser hijo de un perseguido político”.
En relación a este tema, Rangel aseguró que ninguna ley venezolana establece que tener la sangre de un perseguido político sea un delito. “Mi hijo Juan Pedro no es político, nunca ha militado en ningún partido y su único trabajo era atender un autolavado. Se lo llevaron en venganza. Me duelen las entrañas”, agregó.
La madre de este joven denunció que a pesar de llevar detenido un mes su hijo solo lo ha podido ver una vez por 15 minutos, de resto ninguna autoridad me ha dado respuesta. “Imploro como madre, la libertad de mi hijo. Sus abogados del Foro Penal introdujeron un habeas corpus que todavía no ha tenido respuesta. La Cancillería de Colombia también está muy pendiente de mi hijo porque es ciudadano colombiano”.
Rangel detalló que hasta la fecha no lo han presentado en ninguna audiencia y el Sebin lo que dice es que está preso en calidad de testigo. Por otro lado recordó que su esposo Omar Lares, alcalde de Campo Elías (Mérida) ha sufrido 3 atentados. El primero fue en el año 2006 cuando fue coordinador de la campaña de Manuel Rosales. Aquí recibió un tiro en el corazón, pero la bala entró y salió. No lo mató, luego en el año 2010 más de 70 Tupamarus entraron a nuestra casa, la saquearon y él logró salir por la parte de atrás. El último atentado fue el pasado 30 de julio 200 hombres armados entraron a la casa y como sabían que teníamos salida trasera se treparon por los techos para detenerlo”.