La duodécima es la Champions de Cristiano

La duodécima es la Champions de Cristiano

El portugués Cristiano Ronaldo (Foto: Reuters)
El portugués Cristiano Ronaldo (Foto: Reuters)

 

Esta sí. Fue la Champions de Cristiano Ronaldo. Las dos anteriores, la décima y la undécima en Lisboa y Milán tuvieron sus derechos de autor en la firma de Sergio Ramos. Pero en Cardiff, Cristiano rubricó este sábado una temporada sensacional, que le va a llevar otra vez a un nuevo Balón de Oro, reseñó EFE.

Lleva el 7 en la camiseta, pero es un 9. Un 9 de toda la vida. Y tiene mérito este cambio de funciones. Es de futbolista inteligente, encontrar un nuevo espacio. Con el paso de los años, se alejó de la banda y con su golpeo letal puede jugar de 9 hasta la edad que le dé la gana.





Sus facultades le permiten mantenerse de rematador determinante. Siempre de primeras. Como los listos del fútbol de toda la vida. Desde la época de Hugo Sánchez, el Real Madrid no ha disfrutado de un tipo que domine el arte del gol al primer toque.

Sus dos goles en Cardiff le permiten entrar en la historia de los grandes protagonistas de las Copas de Europa. De sentarse en la mesa de Di Stéfano, de Puskas, de Gento, de Amancio, de Mijatovic, de Raúl, de Zidane, de Iker o Sergio Ramos. Nombres tatuados en el madridismo por su decisiva participación en una final de Copa de Europa.

Zidane ha diseñado para Cristiano un plan perfecto. Parafraseando a Lair Ribeiro, autor del libro ‘El éxito no llega por casualidad’, texto que ha leído Cristiano los días previos a la final, sin duda que así es.

Cristiano ha levantado su Champions con un plan. Un objetivo sin un plan es humo. Y Zidane ha sabido seducir a Cristiano para que no sea egoísta, a que no se obsesione con jugar todos los minutos de su vida. En Liga, ha jugado 2544 minutos. Leo Messi, por ejemplo, estuvo 2.832.

Cristiano ha disfrutado de descanso. Y también del fútbol del bueno. Ha estado siempre que el equipo le ha necesitado. Su fortaleza mental le permite pisar el área con firmeza. Hoy fueron Carvajal y Modric los que le buscaron en el primer palo. Y él sólo fundió a la Juventus.

Abrió el marcador, el 1-0, el más difícil. Y cerró el partido también la final con el 1-3. El de la calma. Asensio al final puso la guinda. Junto a Cristiano, el fútbol fue generoso con el axioma del fútbol. Si el 1 y el 9 funciona, todo es más fácil. Keylor Navas sacó una mano de oro a Pjanic al inicio. Y rubricó una temporada espectacular.

Los capitanes -Sergio Ramos y Marcelo- quieren la continuidad de Keylor. En los momentos clave -el vestuario recuerda la famosa jugada en la ida de Gameiro en el Bernabéu en la ida de semifinales cuando sacó otra mano decisiva-, Keylor siempre apareció con nota.

El Real Madrid firmó un año histórico. Un doblete inolvidable. Pero lo más, importante para el club, en términos de industria del fútbol es una aportación novedosa: Zidane ha ganado títulos con dos equipos paralelos. Ni A ni B. Todos los jugadores son iguales. De perfil alto. Nunca antes ocurrió este hecho en un club deportivo. Ni si quiera en la NBA. La duodécima Copa de Europa abre una nueva era también con esta planteamiento. Cristiano acabó llorando. Y entra para siempre en la leyenda de los más grandes del Real Madrid.