Para el economista y especialista en administración y políticas públicas, José Manuel Puente el panorama económico de Venezuela no es nada alentador, especialmente luego del anuncio del incremento del 50% en sueldos y salarios hecho el pasado viernes desde Miraflores, reseñó El Impulso.
Por Ingrid Méndez Lárez
“Un aumento salarial del 50% es gasolina pura para el incremento de la inflación…el salario mínimo de Venezuela en 2016, es el más bajo de los últimos 27 años”, explicó en conversación con César Miguel Rondón.
Agregó que si desde Miraflores no se considera un “cambio de política económica, la inflación de 2017 se estima en 2200%”, una cifra sin duda alarmante.
Hay que recordar que Venezuela vive actualmente una de las crisis económicas más severas de los últimos años, con la caída de los precios del petróleo, al menos 43% de escasez y desabastecimiento y una inflación oficial para el primer semestre de 176.2%.
Con estas cifras, Puente prevé al igual que el resto de especialistas en la materia que “En 2016 Venezuela tendrá el peor desempeño macroeconómico del mundo…el nivel de desabastecimiento en el segundo semestre será peor que el visto durante el primer semestre”, y así lo respalda el pronóstico hecho por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial que ubica nuestra economía con una contracción del -10.8% y un a inflación del 700% para el cierre del 2016.
La alarma del economista ante esta situación es un tema a considerar: “Si no hay un cambio político no habrá cambio económico….eso se traduce en mayor inflación y pobreza el problema de la economía venezolana no es ideológico, sino de sentido común”.
Insistió que no se trata de un tema de “preferencias políticas”. Señala que “esto es una emergencia nacional…el Gobierno le ha declarado el default a los venezolanos y no Wall Street…el Gobierno está asumiendo que la crisis que atravesamos es un problema militar y no de política económica. Se equivoca”
Parte de la solución, según considera Puente, pasa por desmontar el control de cambio y estimular la producción nacional y no las importaciones.