Braulio Merino denuncia falta de pericia del gobierno para manejar la industria del aluminio

Braulio Merino denuncia falta de pericia del gobierno para manejar la industria del aluminio

Braulio Merino en La Sabanita2

Alegaron fenómenos climáticos importantes, arguyeron el uso y abuso excesivo en el consumo de energía eléctrica por “olas de calor inusuales”, responsabilizaron a iguanas y aves de incendios en estaciones, subestaciones y líneas de transmisión, y finalmente a “saboteadores” de oficio pagados por la “ultraderecha radical” para provocar un colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN), pero jamás han reconocido su incapacidad para manejar uno de los sectores más sensibles para cualquier nación y menos la enorme corrupción que se engulló más de 100 mil millones de dólares destinados a fortalecerlo, recuperarlo y desarrollar fuentes de energía alternativas.

La Gran Misión Eléctrica Venezuela dio para todo menos para lo que fue creada y hoy el país vive la peor crisis energética de toda su historia, aprieto del que no escapan las 21 empresas que conforman la Corporación Venezolana de Guayana (CVG), maltratadas hasta casi el exterminio durante las administraciones de Hugo Chávez y Nicolás Maduro que ya superan los 17 años.

El miembro de la junta de dirección regional de Primero Justicia en el estado Bolívar Braulio Merino, denunció la falta de pericia del gobierno para manejar las industrias básicas de Guayana, particularmente las del aluminio (Bauxilum, Venalum y Alcasa), paralizadas en gran medida por el “plan de ahorro energético”.

Lo que parecía increíble ocurrió en Venezuela. La Central Hidroeléctrica Simón Bolívar o represa Guri como también es conocida, detuvo 11 turbinas por falta de mantenimiento oportuno y hoy, a duras penas, opera con tan solo cuatro para suministrar energía eléctrica a casi todo el territorio nacional. La cuarta central hidroeléctrica más grande del mundo con sus 10.235 MW de capacidad total instalada podría colapsar y con ella arrastraría todo un complejo minero planificado para convertirnos en una potencia de la industria pesada.

No es rentable producir aluminio

Merino recordó que en el primer trimestre de 2015, Venalum se vio “obligada” a disminuir la pureza de sus productos, perturbada por la situación financiera que venía arrastrando desde hace años. Esto no solamente entorpeció la fabricación de productos terminados sino que obligó a la reductora de aluminio primario más grande de Venezuela y Latinoamérica a reducir el precio de venta.

Venalum tiene una capacidad instalada de 430 mil toneladas métricas por año, no obstante en 2015 apenas logró producir 90 mil 795 toneladas métricas de aluminio, 15 por ciento menos de lo elaborado en 2014, según se desprende de la memoria y cuenta del Ministerio de Industrias. Esta es la resulta de escasas inversiones, “bajos niveles de inventarios de materias primas, insumos y repuestos, disponibilidad intermitente de maquinarias”, obsolescencia de equipos, constantes conflictos laborales, interminables denuncias de corrupción administrativa, designación de militares sin ningún tipo de experticia en el manejo del negocio de la alúmina y ahora el ahorro energético.

Merino, economista de profesión, explicó que hoy no es rentable para Venezuela producir aluminio. “Producir una tonelada de aluminio en nuestro país cuesta alrededor de $4.000, el doble del mercado internacional”.

Venalum está controlada en 80 por ciento por el Estado venezolano y el 20 por ciento restante por un consorcio de empresas japonesas integrado por Showa Denko, Kobe Steel, Sumitomo Chemical, Mitsubishi Materials y Marubeni. Desde 2009 las firmas japonesas intentan vender su participación por una disputa sobre los precios del metal con el gobierno socialista de Venezuela.

“La producción de aluminio ha caído de manera drástica en Venezuela. Antes, cubríamos la demanda de semi elaborados, planos y largos de acero; mineral de aluminio; briquetas de hierro en caliente (HBI); pellas y aluminio primario, pero en los dos últimos lustros hemos reducido las exportaciones por la caída en la producción”, reveló Merino al asegurar que esta merma también afecta el mercado interno. Nuestros principales mercados internacionales eran Estados Unidos, Europa y Japón, a los cuales se destinaba el 75 por ciento de la producción.

Alcasa fabricó 28 mil 536 toneladas de aluminio líquido en 2015, bastante lejos de su capacidad instalada de 170 mil toneladas del metal.

El dirigente de Primero Justicia Bolívar indicó que Venalum tiene apenas 237 celdas operativas de un total de 905 -lo que representa una operatividad de 26%-, situación difícil de revertir si no se aplican los correctivos y no se hacen inversiones importantes.

Un motor que no arranca

El presidente de Venalum Luis Augusto Jiménez, ha dicho que la empresa ha cumplido con sus compromisos a pesar de la caída en el precio internacional del aluminio y la afectación en el ingreso de divisas que ha sufrido por esta causa, pero también ha reconocido que el cierre de celdas de reducción obedece a problemas de obsolescencia acumulada durante años de desinversión, lo que redujo considerablemente el nivel de producción de aluminio líquido y sus subproductos. De las 95 mil 544 toneladas de aluminio producidas en 2015, 55% se vendió directamente al sector transformador nacional, tanto público como privado.

Jiménez informó el mes pasado que Venalum cuenta en sus patios de colada, con 12 mil toneladas de aluminio y 3 mil toneladas en cilindros listos para ser despachados a las empresas transformadoras nacionales y para la exportación.

Merino no duda en señalar que las empresas básicas de Guayana sólo están generando pérdidas a la Nación. “Este gobierno ha lanzado decenas de motores supuestamente para reactivar la economía no petrolera, pero es impensable que esto ocurra si ni siquiera somos capaces de suministrar energía eléctrica para el arranque y funcionamiento de las empresas básicas”.

Al respecto propuso volver a la figura de la asociación estratégica –con capital privado y nacional- como una opción viable para devolverle a las empresas básicas de Guayana su magnificencia original. La extracción y procesamiento de estos minerales son actividades que requieren de mucho capital, al igual que la industria petrolera.

“Venezuela manejó durante la administración Chávez los recursos necesarios para hacer de la CVG un emporio mundial, pero la corrupción administrativa desvió gran parte de ellos hacia cuentas bancarias en paraísos fiscales. Dejando de lado el capitalismo de Estado, asumiendo un compromiso real con la República, e incorporando recurso humano capacitado, idóneo, adecuado tanto a la industria pesada de Guayana como al sector eléctrico, seremos capaces de operar empresas y hacerlas rentables para el país. No tiene sentido poseer un consorcio que se ha convertido en un saco sin fondo. Tenemos que cambiar esta realidad que nos desangra, tenemos que acabar con este modelo económico fracasado y   para lograrlo debemos revocar a Nicolás Maduro y a todo lo que él representa: las gestiones funestas de hombres como Jesse Chacón, como Motta Domínguez y como Rangel Gómez”, concluyó.

Nota de prensa

 

Exit mobile version