Juan José Moreno A: Trácalas que el pueblo no se traga - LaPatilla.com

Juan José Moreno A: Trácalas que el pueblo no se traga

thumbnailjuanjosemorenoAunque la “gente” del régimen subestime la inteligencia del pueblo, todo lo que está pasando en el país es entendido perfectamente por la inmensa mayoría de los venezolanos que cada vez están más conscientes de la urgente necesidad de sacarle la silla a la pandilla de usurpadores que detentan el poder. Y usurpadores, aseguramos, porque en cada momento se ilegitiman más con sus ejecutorias, que además de pasar por encima de la propia Constitución de la República, violan los más elementales derechos y dignidad de la población civil de la nación.

No hay respeto por nada de parte de quienes detentan el poder y, tal vez como nunca en la historia del país, el ciudadano común no se siente obligado a guardar recato verbal al referirse a quienes lo agreden con el lenguaje, chabacano, soez y, peor, cargado de una violencia que se materializa en agresiones físicas contra la humanidad de las personas, como la ocurrida el pasado jueves contra parlamentarios que cumpliendo un mandato constitucional acudieron ante el CNE a exigir respeto al derecho de los venezolanos de revocar al Presidente.Agresividad que se manifiesta incluso en el manejo de una crisis que asesina a gran parte de la población por la privación de alimentos y medicinas.

Por eso los estallidos de ira y desesperación que, muy lamentablemente, se apoderan a diario de gran parte de la población en distintos lugares del país, que de manera creciente se incorpora a la protesta verbal y en otras a indeseadas actitudes violentas que conllevan a saqueos de establecimientos comerciales y a transportes de alimentos. Porque el pueblo no se traga el cuento de las soluciones tipo “paño caliente” sobre importaciones de comida para aliviar pasajeramente el abastecimiento de productos; como no se traga tampoco que a grupos del PSUV la sean asignadas las tareas de la distribución de alimentos, ni que farmacias especialmente habilitadas por el régimen hagan lo propio con las medicinas.





Como tampoco se han tragado la mayoría de los venezolanos, las campañas engañosas del régimen a través de las cuales tratan de justificar la grave carraplana en la que se encuentranlas arcas de la nación, y que atribuyen a la baja del precio petrolero; porque todo el mundo es testigo del despilfarro y “misteriosa” desaparición de millones de millones de dólares que por muchos años percibió el Estado por los altos precios de los crudos.

Que le pregunten a los habitantes de los barrios más azotados por la peor arremetida del hampa en su contra, de dónde provienen las armas con las que operan los delincuentes a quienes el régimen, en su oportunidad, les asignó las tareas de protección a las comunidades; o cuál es la realidad de los CDI regentados por cubanos en los sectores populares, donde se evidencian severas fallas de atención por falta de personal, equipos e insumos, mientras el Presidente les canta incansablemente el estribillo sobre el presunto éxito de la Misión Barrio Adentro.

Que le pregunten a los venezolanos si es o no una tracalería la que se aplica desde el CNE por instrucciones precisas del alto mando, para impedir a todo trance la necesaria revocatoria presidencial; o las marramuncias que arman en el máximo tribunal de la república para impedir que un poder soberano elegido por el pueblo cumpla con las funciones que le asigna la Carta Magna. Todo esto sin contar la permanente arenga del propio jefe del Estado a los grupos violentos para amedrentar a la mayoría de los integrantes máxima representación popular que es la Asamblea Nacional, con el apoyo nada menos que de altos oficiales de nuestra Fuerza Armada.

Que le pregunten a los venezolanos, en una consulta sincera muy distante al parapeto que armaron para despachar las listas de firmas realmente chimbas a través de las cuales se pretendía exigir a Obama que revocara su decretosupuestamente violatorio de la soberanía de nuestra nación, si de verdad creen que los yanquis lo que quieren es tumbar al gobierno y quedarse con nuestro petróleo, cuando todos saben que las riquezas del país son entregadas a manos llenas a chinos, cubanos, rusos y cuanto chulo consigue el régimen fuera de nuestras fronteras para garantizarse sus favores ante organismos internacionales llamados a velar por la paz del mundo.

Por qué no preguntarle, también, a propósito de la compra de voluntades por vía diplomática, cómo puede entenderse que a un país que exhibe su hambre y vulnerabilidad humana, se le niegue el auxilio y la solidaridad en el ámbito latinoamericano, para aplicar los mecanismos institucionales que permitan ayudar al país a superar la crisis; cuando es bien sabido en todo el mundo, que la alcahuatería de los gobiernos de países beneficiados por el reparto de dólares y petróleo venezolano es la droga que los enceguece para impedirles ver una realidad que se difunde a través de todos los países del planeta, día tras día, con las más insólitas imágenes de la tragedia que nos afecta.

Y por último, por qué impedirle a ese pueblo soberano, este que debe tener la última palabra, que se exprese libremente en una consulta limpia, sin trampas, si cree o no en la verborrea engañosa de un jefe de Estado que dice contar con el favor popular. Pues muy sencillo, porque tanto él como sus cómplices de la situación, pese a su evidente incapacidad para gobernar, tienen claro el mensaje que a diario le transmite el pueblo desde las calles: “Qué se vayan, pues aquí no los quiere nadie, por tramposos e incompetentes”