El sobreprecio y la usura siguen marcando la pauta entre los bachaqueros, que aprovechándose de la necesidad ajena revenden productos básicos hasta con 1.000 % de inflación bajo el argumento de que hicieron colas y su tiempo vale.
“Siempre tenía tres o cuatro pastas dentales de reserva, pero esta vez contaba solo con la que estaba utilizando, por lo que me activé en la búsqueda. La realidad es que no se consigue de ningún tamaño ni marca en los negocios. Puse el anuncio por Facebook a ver si algunos de mis amigos o conocidos la estaban ofreciendo y salieron varios pero para mi sorpresa un producto que marca Bs. 18 lo terminé comprando en 1.500”, relató Érica Mijares, residente de Pozo de Rosas.
–Los bachaqueros están acabando con lo poco que queda de país. Tengo conocidos que utilizaron sus aguinaldos para armarse de mercancía que venden al mejor postor y la gente tan desesperada por no quedarse con las manos vacías cae en esas garras.