Pedro Vicente Castro Guillen: Socialismo bolivariano, del trabajo asalariado al esclavismo laboral

Pedro Vicente Castro Guillen: Socialismo bolivariano, del trabajo asalariado al esclavismo laboral

thumbnailpedrocastroKarl Marx, el fundador del comunismo conceptualizó el salario de los obreros  como la cantidad de dinero –remuneración- capaz de satisfacer  y garantizar las necesidades del trabajador y su familia, no sólo las de carácter estrictamente económico sino las de naturaleza cultural.

Si tomamos este patrón de medida y lo aplicamos a la realidad de las remuneraciones en el  régimen bolivariano tenemos que llegar a la conclusión de que en Venezuela ha desaparecido la realidad del trabajo asalariado para una mayoría de venezolanos que deben sobrevivir con salarios muy por debajo de lo que se necesita para comprar la canasta alimentaria, que es la que contempla la cesta de productos necesaria para la satisfacción de las necesidades de alimentación. Pero esto se agrava si se compara los niveles de salario con la canasta básica que contempla bienes más allá de las meras necesidades de alimentación.

Veamos, la canasta alimentaria se ubico en septiembre a un costo de Bs.50.626, que con el salario mínimo a Bs.7.422, se necesitarían 6,8 salarios para poder acceder a esta canasta y garantizar la alimentación familiar. La canasta básica se ubica Bs.78.612, con lo que se necesitan 10,6 salarios mínimos para poder acceder a su compra.





Pero, cuando miramos un poco más atentamente el poder de compra del salario mínimo usando como patrón el valor del dólar paralelo a un promedio de Bs/$ de 700, tenemos que el salario mínimo de Venezuela es de apenas 10,6$, uno de los más bajos de la región. Pero si vemos los pronósticos de inflación realizados por diversas firmas nacionales y extranjeras el nivel de inflación cerrará este 2015 en un orden del 200%, con una caída del Producto del orden del 7%. Es decir, tenemos la inflación más alta del planeta.

Todo lo anterior nos dice, que una amplia mayoría de venezolanos no tienen una remuneración salarial que les permita acceder ni siquiera a los bienes más básico de alimentación, lo que es la causa de que tenga que dedicar cada vez más horas en las colas para poder comprar los cada vez más escasos bienes regulados. Bienes regulados por el régimen que no son la solución al problema sino su causa.

Pero, además, a lo anterior hay que agregar que con la desaparición del Estado de derecho han desaparecido los derechos laborales y sindicales. Los sindicatos y Federaciones son apéndices del PSUV, ha desaparecido en la práctica la contratación colectiva. En la administración pública se entronizado la costumbre de contratar bajo la figura de los cargos 99, que son de libre nombramiento y remoción. Y se ha debilitado la seguridad social que se le ha entregado a “aseguradoras” del régimen (vale decir, la convirtieron en un negocio de los favoritos del gobierno), que no están en capacidad de cumplir con la seguridad.

En la práctica lo que está pasando es una destrucción del sistema de trabajo asalariado, lo que conduce a que el sistema de trabajo se parezca cada vez más a un sistema de trabajo esclavo, es decir, un sistema donde la casta dominante cívico-militar del chavismo, decide de manera arbitraria el nivel de ingreso de los trabajadores y de amplios sectores de la clase media a partir de un salario mínimo que no guarda ninguna relación con los niveles de básicos de alimentación y de vida.

Y así como el nivel ingreso se desliga de los niveles de vida también necesariamente se desprende de toda relación con la producción y la productividad; con lo que la destrucción salarial no es más que la consecuencia de la debacle del sistema productivo de libre mercado, que el régimen viene machacando cada vez con mayor éxito. De tal manera, que el trabajo esclavo se impone como alternativa al mercado, tal como ha sido el resultado en todos los países en donde el comunismo se ha impuesto como modelo político-económico.

La única manera de revertir este perverso modo de imponer formas precapitalistas de trabajo y remuneración es cambiar el protervo régimen del socialismo salvaje en el siglo XXI; con el voto podemos reconquistar la democracia y régimen productivo moderno.

Pedro Vicente Castro Guillen                

@pedrovcastrog