¿Qué significa para un venezolano el eslogan “Hecho en Socialismo”?

¿Qué significa para un venezolano el eslogan “Hecho en Socialismo”?

Foto Reuters
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Las colas en los supermercados y la escasez son la muestra irrefutable del fracaso del socialismo asfixiante de un Estado que se quiere meter en todo

 

Por Andrea Rondón García para Panampost





Socialismo es todo sistema de restricción o agresión institucional al libre ejercicio de la acción humana o función empresarial que suele justificarse a nivel popular, político y científico, como un sistema capaz de mejorar el funcionamiento de la sociedad y de lograr determinados fines y objetivos que se consideran buenos.—Jesús Huerta de Soto

El socialismo no es en realidad lo que pretende ser. No es el iniciador que abre el camino a un porvenir más bueno y más hermoso; es el destructor de todo lo que penosamente han creado siglos de civilización. Nada construye, todo lo demuele. Si llegase a triunfar debería dársele el nombre de destruccionismo, porque es, en esencia, la destrucción.—Ludwig von Mises

Este logo identifica los productos de las empresas públicas y expoliadas en Venezuela. (Taringa)

Con la sola etiqueta podemos ver lo que deseamos destacar en un principio: Una determinada empresa bajo este supuesto, que originalmente manufacturaba estos productos, sigue siendo la propietaria, pero no puede hacer uso de sus bienes.

No puede hacer uso de sus bienes porque en virtud de la Ley Orgánica del Trabajo, del Trabajador y de la Trabajadora es objeto de una ocupación temporal gracias a la cual no puede disponer, usar o gozar de sus activos. Mediante resolución, una Junta Administradora conformada por varios funcionarios del Gobierno es la que se ocupa de la administración y gestión de los bienes.

El resultado de esto es que cada vez es más difícil conseguir los productos que originalmente esta empresa manufacturaba.

La escasez se agravó con la medida de ocupación dictada el año pasado, pero ya existían problemas porque esta empresa, como muchas otras en este país, sufrieron los efectos del control de cambio y del control de precio. Todo control, per se, genera distorsiones y una de ellas es precisamente la ausencia del producto.

Esta pretensión de “Hecho en Socialismo” no es solo con esta compañía, existe una larga lista de ellas que están en este supuesto y cuyos productos también escasean en el mercado.

Esta la larga lista de compañías fueron víctimas del ambiente económico adverso que les impidió seguir sus operaciones, o al menos, al ritmo en que lo hacían hace poco más de una década.

Entre las medidas que más influyeron en ese ambiente económico adverso están los controles de precio y de cambio, entre otras regulaciones adicionales (en materia de inversión extranjera, laboral, tributaria, etc) que lo que reflejan son las aspiraciones del socialismo de controlar y planificar todo.

Pero como nos enseña el profesor Huerta de Soto, esto es imposible, no puedes controlarlo todo en una sociedad. El día a día de una empresa no se aprende de la noche a la mañana. El conocimiento empresarial es práctico y disperso. No se puede concentrar; unificar y transmitir a un ente gubernamental.

Este conocimiento empresarial, en un contexto de libre mercado, signado por la innovación, está en continua producción, siempre en constante movimiento, por lo que tampoco se puede concentrar; unificar y transmitir lo que todavía no existe a un ente gubernamental.

Pero como venezolana, les puedo decir que no es necesario ser tan exquisitos y leer a uno de los teóricos anarcocapitalistas más importantes en la actualidad para saber esto. Nuestro día a día nos enseña que el socialismo es imposible.

Las colas en los supermercados; la escasez desde los productos más básicos y elementales; la inflación desbordada; la ausencia para escoger porque no hay suficiente variedad de productos; los trueques (champú por café) que inconscientemente los venezolanos hacen; acudir a los revendedores, o utilizando la jerga de este régimen, a los bachaqueros; no poder comprar el día que desean sino cuando te toca; es la prueba irrefutable del fracaso del socialismo.

Adicionalmente, la situación del venezolano se agrava más si consideramos que todos los productos que se encuentran en el mercado implícitamente tienen el sello “Hecho en Socialismo”.

Una empresa no tiene que haber sido intervenida u ocupada para que su proceso de producción se vea afectado como las empresas que sí han sido objeto de esta medida.

Toda empresa venezolana que desarrolla o intenta desarrollar una actividad económica tiene en su etiqueta “Hecho en Socialismo” porque su producto es hecho con materiales importados (porque se ha destruido el aparato productivo); pagados con dólares otorgados por el Estado (gracias al control de cambio); vendidos al precio decretado (gracias al control de precios) y milagrosamente puestos al mercado luego de sobrevivir a las innumerables regulaciones en materia laboral, ambiental, tributaria, por solo mencionar algunas.

Es difícil escribir esto, porque lo vivo, o mejor dicho, lo padezco. Produce una asfixia automática detenerme a analizar nuestro día a día. Asfixia que no es imaginaria, es la provocada por un Estado con aspiraciones de estar en todos los aspectos de nuestra vida.

Pero al mismo tiempo, recordando una frase de Aldous Huxley en Un mundo feliz, “cuando el individuo siente la masa se resiente”, pienso que esta reflexión por más difícil que sea es necesaria porque cuando un individuo toma consciencia puede generar un cambio en los demás y ello es el primer paso para salir de este grave error que es “Hecho en Socialismo”.

Los productos estarán “Hechos en Socialismo”, pero nosotros los ciudadanos, contrapesos naturales del poder, no.

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Andrea Rondón García es doctora en Derecho de la Universidad Central de Venezuela. Es miembro del Comité Académico de Cedice Libertad y coordinadora del Observatorio de Propiedad de País de Propietarios. Se desempeña como profesora de la Universidad Católica Andrés Bello y de la Universidad Metropolitana. Síguela en @arondon75.