José Machillanda: Participar para el cambio

José Machillanda: Participar para el cambio

thumbnailjosemachillandaLas elecciones constituyen una expresión del mundo político civilizado. Están diseñadas para proporcionar la oportunidad a los ciudadanos críticos de un gobierno a que ocurra una sucesión o transferencia de poder de manera pacífica. Venezuela ha venido sufriendo -los últimos 16 años- procesos electorales perversos e injustos en los cuales la autocracia militarista ha tomado ventaja en el proceso de organización, inspección, propaganda y, sobretodo, de uso y empleo de la estructura gubernamental a favor de sus candidatos.

El llamado tardío de elecciones es una expresión del fracaso del régimen que, venido de un golpe de Estado, tiene como sello la violencia, la arbitrariedad, el amedrentamiento y el ensañamiento contra aquellos venezolanos que en legítimo derecho expresan sus desacuerdos y plantean la necesidad de la reconstrucción de la democracia. La democracia entendida como aquel proceso donde el individuo atado a la Constitución está por encima del Estado y la Comunidad y, más grave aún, distante de las nomenclaturas partidistas y de los grupos de corrupción determinantes que hoy tiene ésta autocracia militarista fracasada.

Esa autocracia militarista fracasada enfrenta, con el llamado a elecciones a una sociedad asqueada de violaciones a la Constitución, privada de sus más elementales derechos como ciudadanos y dispuesta a concurrir a un hecho electoral en donde se constituyan como la gran mayoría democrática del país. Eso será posible siempre y cuando el Liderazgo Político Emergente, junto a los Operadores Políticos, sirva de guía a este importante evento trascendente, que anulará con sus resultados eso que se llama la revolución y hará posible la democratización.





El Liderazgo Político Emergente y los Operadores Políticos están impuestos de realizar una campaña electoral inteligente en la cual, dentro del tiempo previsto, se cumpla con la fase preelectoral de concentración, organización, adoctrinamiento político y establecimiento de acciones in crescendo que sumen, el próximo 6 de diciembre, voluntades democráticas dispuestas a defender con su voto y con su conducta en la fase postelectoral el triunfo electoral y convirtiéndose así en la gran mayoría. Gran mayoría que tiene que ver definitivamente con la democracia, y sólo con la democracia.

La democracia como requerimiento socio-histórico impone conducta política inteligente, es decir: sumar adherentes. Adherentes que estén en cuenta de que el fracaso de la República es por falta de repúblicos. Repúblicos que tienen que ser ciudadanos y, como tal, con una fuerza interna basada en su ética personal y su ética política, produzcan tal energía que florezca el concepto de democracia que privilegia al Individuo por encima de la Comunidad y el Estado, pero además, la democracia entendida como sendero para la realización individual y colectiva del ciudadano alrededor de la Súper Ley.

La conducta política inteligente, es decir, lo que tenemos que hacer desde ya los demócratas, debe permitir desarrollar y acometer acciones políticas que tengan motivo, dirección y sentido. Para acometer esas acciones acudimos a la Ciencia Política, a la interpretación del Sistema Político Venezolano, las funciones de sus Instituciones y la responsabilidad del tejido social que -dirigidos por líderes vecinales, parroquiales, grupales- sean capaces de entender que todas las acciones políticas en este proceso tendrán como motivo desplazar al régimen despótico autocrático militar; como dirección asistir el día domingo 6 de diciembre a votar y defender el voto; y como sentido producir el cambio político para desplazar definitivamente la autocracia militarista.

 

Es auténtico,

Dr. José Machillanda

Director CEPPRO

@JMachillandaP