Un día de compras en Caracas con cédula en mano

Un día de compras en Caracas con cédula en mano

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Un  grupo de caraqueños decidió aprovechar el feriado de ayer 24 de junio, no para  bajar a La Guaira o para  dormir hasta tarde, sino para comprar comida de la cesta básica, si tenían la suerte de conseguirla.

A las ocho de la mañana  las puertas de los supermercados ya estaban llenas de gente, para ser los primeros en la cola con su respectiva cédula.

Como era miércoles tocaba el turno a  los que su  cédula termina en  4 y 5 . La dinámica  es siempre la misma,  las personas   comienzan a decir que recibieron un mensaje de la cajera, o del charcutero.

-“Parece que llegó Harina Pan y azúcar” dice una señora, Mientras otra replica:- “No, hoy venderán papel toalle”.

La Patilla acompañó a la señora Josefina Contreras en su recorrido por cuatro supermercados del este de Caracas.

Josefina nos dijo  que solo le quedaban  dos rollos de papel en su casa  y que su misión era lograr conseguir papel tualé donde sea.

Josefina  llegó a Mi Negocio, un pequeño abasto ubicado en San Luis donde había cola, pero para comprar azúcar. Josefina hizo su cola y compró cuatro paquetes de azúcar pequeños que era lo permitido. La cola para pagar fue larga, pero Josefina conversó lo suficiente para no aburrirse. Detrás de ella estaba un joven médico que llevaba pocas cosas porque en tres semanas parte para Cleveland, en busca de un futuro mejor, por eso solo llevaba un paquete de azúcar, pero no se negó a comprarle tres a un señor que se lo pidió como favor.

Delante de Josefina otra señora relataba que venía del Central Madeirense de Santa Marta y no había nada que comprar. Además de contar que estaba feliz de haber sacado a sus hijos del país luego que los  secuestrarán llegando a su casa.

Seguimos con Josefina en su recorrido y llegamos al supermercado Plaza`s  de El Cafetal, en la calle Santa Ana.  Ver las bolsas de los demás es la clave y leer el logo de las bolsas aun mejor.  La gente llevaba papel tualé. Josefina corrió pero al entrar se enteró que se había acabado. Sintió tristeza y pensó esperar un rato pero prefirió dirigirse hacia Plan Suárez de Caurimare a ver si corría con mejor suerte, algunos susurraban en la cola que en Plan Suárez estaban  descargando  papel.  “Me mandaron un mensaje de texto”, dijo un señor a lo lejos como si se tratara de un dato de lotería.

En Plan Suárez la cola salía del centro comercial, comenzó a llover, todos se mojaban pero la gente no se salía de la fila. Luego de veinticinco minutos Josefina logró entrar y se sorprendió al ver que al fin le entregaron tres paquetes de papel tualé con cuatro rollos cada uno a un costo de 60,03 bs por paquete.

Había atún a 74,79 cada lata, agarró 4 latas. Hizo su cola y le pidió al señor de adelante que le cuidara sus preciados papeles para comprar queso amarillo rebanado, un gustico que se quería dar.

Al regresar a su cola agradeció al señor quien en su carrito llevaba bombillos, salchichas y algunos enlatados. El señor contó a Josefina que era piloto pero vivía en Panamá. Que solo regresó a Venezuela  a poner en venta su apartamento y esta era su primera cola.  “Bienvenido a la Patria”… le dijo Josefina.

Pasaron cuarenta y cinco minutos y Josefina seguía en la cola algo cansada con ganas de salir corriendo,  pero justo detrás de ella había una señora de setenta y seis años con un banquito donde lograba descansar. Josefina le preguntó si se lo habían prestado y la señora le dijo: -“No mija yo ando con mi banco de mercado en mercado, se lo puedo prestar, si quiere”.

Treinta y cinco minutos después Josefina llega a la caja y ve la cara de sorpresa del piloto que no podía creer que su cuenta con bombillos,  salchichas, galletas y enlatados incluidos había totalizado  a 10.382,65 bs.

Josefina volvió a decirle “Bienvenido a la patria”.

Al salir del supermercado Josefina escuchó decir que en el Central Madeirense de Plaza Las Américas estaban vendiendo Harina Pan.

La señora con demasiada prisa se dirigió al supermercado, comentando  en el camino lo afortunada que sería de conseguir harina pan y así poder mandársela a sus nietos que están en Margarita y tienen tiempo que no comen arepas. Cuando logró ver el supermercado vacío y con las cajeras chateando se dio cuenta que era mentira. Se acercó al vigilante y aun con esperanzas de un si, el vigilante le dijo: -“No señora hoy no ha llegado nada, pero ayer estuvo full de pollo, café y harina”.

A pesar de la decepción Josefina nos expresó su alegría por haber conseguido papel. Que regresaba a su casa con doce rollos de tualé, cuatro latas de atún y cuatro paqueticos de azúcar, luego de recorrer cuatro supermercados y dedicar a las compras seis horas de su vida. Y finalmente pagar un total de 645,56 bs. Algo es algo, dijo Josefina, el miércoles pasado no conseguí nada. Será hasta el próximo miércoles que volveré a hacer mi recorrido.

 Por Annerys González/Especial para lapatilla.com

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