La peligrosa moda entre los adultos de beber leche materna

La peligrosa moda entre los adultos de beber leche materna

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“Tengo oro líquido fresco y congelado listo para vender. Soy una madre soltera que ni fuma, ni bebe ni se droga y estoy dispuesta a venderla a cualquiera». Anuncios como este se pueden encontrar en sitios de internet como «Only the breast”, el foro preferido de los que buscan leche materna para adultos. No se trata del último esnobismo gastronómico. La mayoría de los que se lanzan a su compra son varones que quieren beneficiarse de las propiedades saludables de este “superalimento”. Así lo reseña abc.es

La fiebre por su consumo empezó en Estados Unidos en comunidades relacionadas con el culto al cuerpo y la preocupación por una alimentación sana y natural. Se ofrecía como una ayuda para mejorar el rendimiento físico en el gimnasio y el vigor sexual. Ahora, este jugoso negocio que se ha extendido por Europa, se promociona también como una fórmula para prevenir el cáncer, luchar contra la disfunción eréctil y tratar graves enfermedades intestinales. Quien lo consume también asegura que se digiere mejor que la leche de vaca, ayuda a conciliar el sueño y mejora las defensas naturales del organismo.

Sin control higiénico

Aunque alguna de estas propiedades beneficiosas están demostradas en el recién nacido, no hay ninguna evidencia científica de que esto funcione en un adulto. Al contrario, quienes lo consumen se exponen a contraer infecciones tan graves como el sida, la hepatitis, el Chagas o la sífilis que se pueden transmitir a través de la leche materna.

La advertencia la han hecho expertos del Hospital Queen Mary de Londres en la revista «Journal of the Royal Society of Medicine». En un artículo, detallan los riesgos de beber una leche cruda, sin tratar ni pasteurizar, que se vende sin ninguna garantía de esterilización, ni en su transporte ni en su conservación. Y al ser un fluido humano, puede transmitir virus como el VIH y otras enfermedades infecciosas. Más aún cuando no hay ningún análisis ni control sobre las mujeres que venden su leche en internet y se desconoce si son portadoras de alguna enfermedad. «En sus anuncios muchas madres aseguran que están sanas y se han hecho análisis durante la gestación, pero no son conscientes de que esos análisis de control se deben hacer con regularidad. La actividad sexual durante el postparto puede exponer a virus que se transmiten a través de la leche», advierte Sarah Steele, una de las autoras del artículo. Desde un punto de vista nutricional tampoco cree Stelle que haya beneficios. «Hay menos proteínas en la leche humana que en otras leches, como la de vaca», argumenta. En su opinión, el bienestar que defienden sus consumidores «es puro placebo».

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