Gustavo Coronel: Carta abierta a los miembros de las Fuerzas Armadas venezolanas

Gustavo Coronel: Carta abierta a los miembros de las Fuerzas Armadas venezolanas

thumbnailgustavocoronelCompatriotas de las Fuerzas Armadas.

Ustedes constituyen la única institución venezolana con poder suficiente para cambiar a corto plazo el curso de la desesperada situación venezolana. No es posible decir lo mismo sobre las otras instituciones del estado, hoy totalmente en manos de una pandilla de ladrones, ineptos y abusadores de los más elementales derechos humanos de los venezolanos, como son el Poder Moral, el Consejo Nacional Electoral, el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional. Estas instituciones del estado están manejadas por miembros de la gran pandilla. Nada podemos los venezolanos esperar de ellos que no sea complicidad impúdica con el poder ejecutivo, el principal responsable del desastre venezolano.

Son las fuerzas armadas, en cuyo seno deben existir muchos venezolanos asqueados por la actual situación de la república, las que pueden actuar frente  los desmanes de la pandilla de Nicolás Maduro. Aunque es cierto y triste que en las Fuerzas Armadas hay numerosos miembros abiertamente parcializado$$$ a favor de la pandilla y bastante otros quienes son sus miembros activos, involucrados en narcotráfico, contrabando y violaciones de los derechos humanos, también es cierto  – al menos así lo espero  – que existen miembros de las Fuerzas Armadas opuestos a la podredumbre del actual régimen político.





A ellos le digo: Venezuela está en ruinas y es inaplazable actuar para corregir esta tragedia. Tres o cuatro ejemplos servirán para ilustrarla:

  1. La situación económica del país es caótica. Hoy sábado 13 de Junio el petróleo amaneció a $56,6 el barril, cuando el precio que el país necesitaría para enfrentar sus obligaciones es $120 el barril, más del doble. Ello ha causado una merma dramática de nuestras reservas internacionales, las cuales hoy amanecieron en $ 16.624 millones, una caída de $7633 millones desde Marzo pasado. En menos de cuatro meses el régimen ha quemado un 35% de las reservas internacionales de la nación y sigue en desesperada búsqueda de dinero, acudiendo al Fondo Monetario Internacional y suplicando a  China por nuevos préstamos que China no está dispuesta a dar. Se ha vendido ya parte del oro de las reservas internacionales y, como resultado de este colapso, las importaciones de medicinas y alimentos de las cuales depende el país han tenido que bajar de manera dramática, sometiéndose así al pueblo a una tortura física y mental extraordinaria.
  2. Las denuncias de ex – miembros del régimen que han desertado apuntan a la participación de altos funcionarios en actividades ilícitas, especialmente las relacionadas con el narcotráfico. Tales acusaciones involucran al número dos del gobierno, Diosdado Cabello y a Tareck El Aissami, gobernador de Aragua. La gravedad de estas acusaciones, ya del dominio de la opinión pública internacional, exige una investigación que no se hecho ni se piensa hacer. Al contrario, los funcionarios responsables de hacerla se limitan a decir que esta es una “infundada agresión imperialista en contra de preclaros ciudadanos”. Es evidente que Venezuela no puede seguir viviendo en esta atmósfera de degradación sin que se apliquen urgentemente los correctivos necesarios
  3. La corrupción ha invadido todos los rincones de la administración pública, con una intensidad y un grado  como nunca antes se habían visto en Venezuela. Por un evento muy pequeño en comparación a lo que actualmente nos sucede fue desalojado de la presidencia un mandatario elegido democráticamente, Carlos Andrés Pérez, por la acción de una Fiscalía General de la República, que – correcta o equivocadamente – hizo su trabajo. Esta institución está hoy en manos de mercenarios al servicio del régimen. La corrupción documentada en PDVSA, en especial los contratos multimillonarios dados a contratistas sin experiencia, como es el caso de los llamados boli chicos, cuyos detalles son ya del dominio público y, en empresas como Corpoelec y CVG, han destruido la base energética e industrial del país.

 

Estos y otros numerosos ejemplos que están documentados de manera detallada en la prensa venezolana e internacional constituyen un testimonio que es imposible seguir eludiendo, si es que no queremos pasar a la historia como una sociedad suicida e indigna. La corrupción existente en las Fuerzas Armadas, en especial, exige que los sectores de esas fuerzas armadas que no han sido presas de la degradación actúen para restaurar el decoro de una nación humillada y avergonzada.

Uno lee la Constitución venezolana y se encuentra con el artículo 328, el cual dice:

Artículo 328  La Fuerza Armada Nacional constituye una institución esencialmente profesional, sin militancia política, organizada por el Estado para garantizar la independencia y soberanía de la Nación….. En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna.

Y con el artículo 330, que dice:

“Artículo 330 Los o las integrantes de la Fuerza Armada Nacional en situación de actividad tienen derecho al sufragio de conformidad con la ley, sin que les esté permitido optar a cargo de elección popular, ni participar en actos de propaganda, militancia o proselitismo político”.

¿Cómo puede el sector honesto de las Fuerzas Armadas permitir que los miembros indignos de esa institución violen sistemáticamente estos artículos? ¿Cómo permiten ustedes en silencio que los miembros del Alto Mando Militar hagan profesión de su adhesión a una ideología política y a proyectos políticos que anteponen los intereses de un grupo al interés nacional?

Uno lee el artículo 6 de la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas, creación de este régimen, el cual dice:

Artículo 6. Los integrantes de la Fuerza Armada Nacional fundamentan su patrimonio moral en el pensamiento y la acción histórica del Libertador Simón Bolívar, y en el de los precursores y forjadores de la República libre y soberana. Se inspiran en los valores del amor a la patria, la libertad, la igualdad, la justicia, la paz internacional, la solidaridad, la lealtad, el honor, el espíritu de sacrificio, la vocación de servicio, la integridad, la abnegación, la honestidad y los demás valores éticos propulsados por el humanismo…”.

Y se pregunta: ¿cuantos miembros de las Fuerzas Armadas cumplen con estos requisitos? Esta es una lista de cualidades admirables que no vemos en Carvajal, en los Alcalá Cordones, en Acosta Carles, en Rodríguez Chacín, Rangel Silva o Cabello. ¿Cuantos miembros de las Fuerzas Armadas cumplen con ellas y que están haciendo para limpiar la institución de quienes no las cumplen?

Cuando el artículo 7 dice: “Artículo 7. Los militares en servicio activo, en la Reserva Nacional y la Guardia Territorial movilizada, están subordinados al Presidente de la República, Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional, cuyas disposiciones deben obedecer y cumplir sin retardo ni excusa de ningún género”… uno pudiera pensar que se les pide lealtad a ese hombre o mujer. Pero no es así. El artículo añade: “de acuerdo con lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y las leyes”. Es a la constitución y a las leyes a las cuales el soldado debe prestar total adhesión. Y esto le obliga a rechazar activamente a quienes violen la constitución y las leyes, lo cual Maduro y sus cómplices hacen todos los días.

Señores miembros dignos de las fuerzas armadas venezolanas: Les hago un llamado, como ciudadano  espantado de la miseria y la ruina a las cuales ha llegado nuestro país, para que intervengan y obliguen al régimen a modificar radicalmente el rumbo político de la nación, obligarlos a que cesen de violar la constitución y las leyes del país, a liberar de inmediato a los presos políticos y a respetar la disidencia política y las libertades públicas.

El régimen actual debe irse el país debe llamar a elecciones a la brevedad posible. Esto no representaría un golpe de estado sino la reafirmación de la misión fundamental de las Fuerzas Armadas de Venezuela. Cumplan con su deber y laven, al hacerlo, la manchada reputación de la institución.

Espero.

Gustavo Coronel

Cédula de Identidad No. 606.653