Luis Izquiel: Medalla de oro mundial de homicidios

Luis Izquiel: Medalla de oro mundial de homicidios

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Como ya es conocido, el último informe de homicidios de la ONU, publicado el año pasado, ubicó a Venezuela con la segunda tasa de asesinatos en el mundo entero, superada solo por la de Honduras. Este estudio, que analizó la realidad delictiva de más de 190 países, se hizo tomando en cuenta las cifras de 2012. La realidad cambió entre 2013 y 2014, periodo en el cual nuestro país pasó al primer lugar de homicidios en el planeta.

Para 2012, de conformidad con el estudio de la ONU, Honduras presentó una tasa de 90,4 homicidios por cada 100.000 habitantes y Venezuela un índice de 53,7 asesinatos/100.000 habitantes. Pero a partir de 2012, la nación centroamericana comenzó a disminuir sus niveles de violencia criminal, tal como lo determinó el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, el cual reflejó una tasa de homicidios de 68/100.000 habitantes para el cierre del año pasado. Esta tasa es muy inferior a la que tuvo Venezuela en 2014, es decir, 82 homicidios por cada 100.000 habitantes, correspondiente a los casi 25.000 asesinatos que registró el Observatorio Venezolano de Violencia en todo el territorio nacional. En resumen, Venezuela es hoy, de lejos, el país con mayor tasa de homicidios en el mundo.





Honduras representa un ejemplo de que, haciendo las cosas bien, se pueden reducir significativamente las tasas de violencia criminal. En el país centroamericano se tomaron acciones para erradicar la corrupción en los cuerpos de seguridad y en el sistema de justicia, las fuerzas de seguridad fueron articuladas para trabajar conjuntamente, se prohibió el uso de celulares y otros equipos de comunicación en las distintas cárceles del país, se instaló un gabinete de prevención del delito, se realizaron operativos para incautar armas ilegales y se lograron desmantelar cientos de bandas delictivas. Estas acciones, impulsadas desde la presidencia de Honduras, lograron reducir los índices delictivos.

Honduras todavía está lejos de ser una nación con bajos índices de inseguridad (su tasa de homicidios es hoy 10 veces mayor al promedio del mundo), pero sin dudas allá comenzaron a transitar el buen camino. En Venezuela, por el contrario, seguimos con planes que no dan resultados positivos. Aquí sigue reinando la improvisación y la mediocridad en materia de seguridad ciudadana.

El de Honduras no es un caso aislado. Colombia también viene año tras año disminuyendo sus niveles de violencia criminal. La vecina nación, que llegó a presentar tasas de homicidios superiores a los 70 por cada 100.000 habitantes a finales de los años 80 y principios de los 90, cerró 2014 con un índice de asesinatos de 27,8/100.000hab, el más bajo de los últimos 34 años.

La inseguridad ciudadana que hoy azota a Venezuela constituye un gran obstáculo para su desarrollo. El fracaso de las políticas de prevención social del delito, la proliferación de armas de fuego sin control por parte del Estado, las fallas en los cuerpos de seguridad, la impunidad que se deriva del sistema de justicia y el desastre del sistema penitenciario, constituyen, entre muchas otras, las causas que nos han llevado a esta situación.

En dos años de Gobierno, Nicolás Maduro logró lo que parecía imposible: llevar a nuestro país a tener la mayor tasa de asesinatos de todo el planeta. Una oprobiosa “medalla de oro”, llena de dolor y luto, que constituye una afrenta para la nación.

Twitter: @luisizquiel