¿Será verdad que el régimen que nos desgobierna dejará entrar libremente a varios expresidentes latinoamericanos caracterizados por ser demócratas? Parece insólito que el gobierno de Maduro permita, en medio de toda esta calamidad pública nacional, semejantes ilustres observadores internacionales de esta desgracia.
¿Será, tal vez, que Sebastián Piñera algún día se paseó por la idea de acudir con alguna cédula a una sede de esas redes farmacéuticas a comprarse una simple afeitadora porque la suya la olvidó? ¿Estará dispuesto a acercarse a algún expendio de medicinas a “encontrar” su pastilla de la tensión?
Suponemos a Felipe Calderón deseoso quizá de preparar un cafecito y dando vueltas en diversos abastos y panaderías hasta percatarse de que la cola para la leche no es la que el eligió, esa era la de la harina.
Y Andrés Pastrana orondo en Caracas hurgando para hallar pollo, carne a buen precio, para llevar, junto a una paca de arroz más allá de nuestra frontera, sin que la Guardia Nacional lo detenga por bachaquero.
Seguramente vendrán a presenciar, sin cuentos alternos, este despropósito de país construido sobre los fundamentos económicos, políticos y jurídicos del Socialismo del Siglo XXI. De lejos, a lo mejor con largavistas, divagarán sobre el porqué del sufrimiento humano, de la miseria, de la horrenda pobreza esparcida por las calles de un paisito petrolero.
Pero lo más importante no será su apreciación lejana de lo que no quisieron ni hicieron con sus respectivas patrias. Lo más importante de su venida, de su participación en un foro sobre “El poder ciudadano y la democracia” es que podrán constatar, muy de cerca, los relatos de los atropellos flagrantes a los derechos humanos, a la dignidad humana, como ocurre en nuestras cárceles, como le ocurre a los estudiantes y otros ciudadanos que salieron algún día a protestar. No sabemos si estos expresidentes son embajadores de la paz de alguien en el mundo. No sabemos si el Papa u Obama les rogaron alguna vez su presencia en Venezuela para dar un foro que simule su exploración acerca de lo que realmente ocurre con la democracia venezolana, si son sugeridos como nombres más o menos neutrales que puedan apreciar si el pobre de Nicolás o el humilde de Diosdado son “arropados” por una estrategia comunicacional internacional que los pinta como unos lobos furiosos, come niños, o si es verdad que por preservar el poder impiden que la gente diga lo que piensa.
Cuando vean lo que ocurre con los derechos humanos muy seguramente lo notificarán al mundo, con la seriedad que caracteriza a estos singulares expresidentes.. Y ese mundo certificará lo que sabe: en Venezuela te apresan por tuitear, te arrestan por decir, por manifestar tu desacuerdo con la inhumanidad, y te someten a estas cárceles pútridas sin posibilidad de chistar.
El foro es un simulacro justificador de su presencia. En realidad Piñera, Calderón y Pastrana son veedores políticos y humanitarios de nuestra realidad. No sabemos si apreciarán los anaqueles vacíos, las carencias inmensas de cualquier producto básico o no. Pero sí sabemos que sus impresiones causarán un impacto que profundizará el conocimiento que se tiene afuera de nuestra cruda realidad: el estar aprisionados por la dictadura feroz que se aferra al poder y es capaz de hacerlo llevándose a quien tengan que llevarse.
Bienvenidos siempre expresidentes, no sólo este 26 de enero. Sabemos que sus propósitos, si el régimen los deja entrar, serán cumplidos.
wanseume@usb.ve