¿Serías capaz de tomarte un café con cerveza?

¿Serías capaz de tomarte un café con cerveza?

Foto: Cafe y cerveza / cookingideas.es
Foto: Café y cerveza / cookingideas.es

Que el mejor cóctel que ha acertado a mezclar el hombre lo inventó una cuadrilla de Bilbao, para dar salida a una partida de vino picado en unas fiestas, está fuera de toda duda. Hasta el New York Times tuvo que aceptarlo y rendirse al kalimotxo en fechas recientes. Los cursis lo llaman ‘Rioja Libre’ y hay quien se atreve a emplear crianza en vez del popular vino de cartón. Por rendir, rinden pleitesía a la perfecta mezcla de cola y vino restaurantes gourmet que lo emplean para sus reducciones y filigranas.

Pero si eres más de cerveza que de vino o más de café que de cola, no sufras: tu bebida perfecta está por llegar. Y no hablamos de la guarrindongada del Starbucks de hacer un café con sabor a cerveza. Sino de una cerveza con aromáticos toques de expreso.

La relación entre el zumo de cebada y la célebre infusión viene de lejos. Si habéis visitado Irlanda, en algunos pubs sirven una cosa llamada Dufrain o Muddy Guinnes, que no es sino una pinta de la popular cerveza negra con un chupito de café en su interior para potenciar el regusto ya de por sí característico de esta marca.





Café y cerveza han caminado de la mano desde que el hombre se hizo sedentario y agricultor. En la edad moderna, ambas bebidas jugaron un papel importante en la socialización de las clases populares y de la burguesía: o taberna o cafetería. En los abarrotados cafés y tertulias del siglo XIX se fraguaron las revoluciones que alumbraron un mundo nuevo y, a buen seguro, las mejores charlas y conversaciones se han pronunciado alrededor de una taza de café o de una caña.

 

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