Del grito y llanto de un comerciante que hace un año exactamente pedía a las autoridades: “¡Por Dios, esto es un irrespeto, es nuestro dinero. No me dejen sin nada!”, queda el recuerdo y la escasez de productos. El Tiempo
El caso de Hakim Riffai, socio de la tienda 777, ubicada en la avenida Miranda de El Tigre, sur de Anzoátegui, trascendió fronteras. Era la primera vez que se escuchaba la voz de un comerciante, después que el presidente Nicolás Maduro anunciara una “ofensiva económica” al exigir que se bajaran los costos de los artículos de línea blanca.
Lo que empezó en 2013 con la cadena de tiendas “Daka”, dio pie para que los grandes comercios en otros estados del país fueran inspeccionados por la hoy extinta Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop).
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