Antonio Ledezma: Parecía imposible

Antonio Ledezma: Parecía imposible

thumbnailantonioledezmaDespués del descomunal despojo del que fuimos víctimas en la Alcaldía Metropolitana de Caracas, parecía inverosímil sobrevivir a semejante escollo. Era como “misión imposible” seguir en pie, al frente de una institución a la que habían despellejado en todos los sentidos, menos en el de la inextinguible legitimidad que resultaba de la participación de más de 700.000 ciudadanos que me designaron como su primera autoridad en Caracas.

Esa legitimidad se transmutaba en resistencia, piedra que la más feroz brutalidad no podía pulverizar. Mientras nos vaciaban de competencias y nos invadían los 13 edificios de la institución, se nos compactaba la moral y una fuerza extraordinaria nos acorazaba. Allí comencé a hilvanar argumentos para explicarle a la ciudadanía que al quedarnos sin recursos financieros nos apuntala el presupuesto que no se ha agotado en este viacrucis: el del coraje para luchar por una idea que vale más que toda la fortuna material que puedan atesorar en el Fondo Chino.

Comprendimos que los valores son los que cuentan en trances como este. Sin fe, sin dignidad y sin determinación, jamás será posible superar semejante obstáculo. Con esas banderas izadas nos mezclamos con los trabajadores, acudimos a las plazas públicas y asumimos nuestra responsabilidad con los riesgos implícitos. Por eso la huelga de hambre protagonizada el 3/7 de 2009. Hablarle con claridad a la ciudadanía fue vital. Era indispensable concientizar y consolidar una opinión pública mediante la transmisión de información verídica y oportuna.





Contar con un equipo de trabajo comprometido fue esencial. Gente capaz y valiente para aguantar amenazas de secuestros, ir a sus puestos de trabajo en medio de bombazos lacrimógenos, disparos y todo tipo de agresiones. Hemos podido instrumentar varios proyectos: el Transmetrópoli, que recorre diariamente toda la ciudad; la red de semáforos inteligentes en cada esquina; el programa tanques de “Agua para la Vida”, como parte de un ambicioso esbozo ambientalista que busca gestionar los riesgos, la basura que hay que reciclar y formar ecociudadanos; 3.000 obras por autoconstrucción; 2.500 emprendedores capacitados; 3.200 jóvenes beneficiados con becas “Buena Nota”; la mitad de las escuelas recuperadas en un año. Edificamos con el alcalde de El Hatillo, David Smolansky, el estadio Omar Vizquel, y conjuntamente con el alcalde de Sucre, Carlos Ocariz, el gimnasio vertical de El Dorado. A diario fumigamos, desmalezamos, atendemos miles de sumideros, alcantarillas y decenas de quebradas, y dotamos a la ciudad de su Plan Estratégico 2020. Ese es el éxito que no quieren perdonar.