Las mafias se mudaron de Sabaneta a El Marite

Las mafias se mudaron de Sabaneta a El Marite

(foto Juan Guerrero)
(foto Juan Guerrero)

Superaron al maestro. El Centro de Arrestos Preventivos El Marite se convirtió, tras el cierre de la Cárcel Nacional de Maracaibo, en la penitenciaría más peligrosa de la región. El sistema económico intramuros y el hacinamiento, de un 300 por ciento, son los caldos de cultivo. Ni la Gobernación del estado ni la Policía ponen orden. Allí siguen mandando los prames. Las mafias se mudaron de Sabaneta a El Marite, reseñó La Verdad.

La visita son miércoles y domingos. A las 6.00 de la mañana comienzan a conglomerarse, en su mayoría, las mujeres, ataviadas con faldas. Quien no lleve puede alquilar una en una casa contigua al retén por 50 bolívares. Y los hombres pagan 80 bolívares por un mono. Desde afuera comienza a moverse el dinero.

Los familiares y los policías surten de comida, artículos de aseo personal, licor y hasta droga a los reclusos. Un paquete de harina de maíz lo venden en 90 bolívares en una de las mesas/abasto del Pabellón C. Un cuarto de kilo de café puede llegar a los 200 bolívares y las toallas sanitarias lo superan por 100 “lucas”. La cerveza, el ron y los estupefacientes son los más caros. Pueden llegar a costar hasta mil 800 bolívares.





Esa área la domina “Cheo”, quien quedó como el mandamás luego de la salida de Eudomar hace un par de meses. Ahí funcionan seis puestos de arepas, un “perrero” (perrocalentero) y tres parrilleras. Esas “trampas” (entradas económicas extra) las trabajan los reclusos sin rango y las cobran los “tramperos”, quienes fungen como administradores de los prames.

Una hamburguesa “full equipo” vale 490 bolívares, mientras que un salchiqueso cuesta 190 y pueden vender hasta 15 piezas diarias. Los precios varían depende del área: en el C un refresco de litro y medio vale 80 bolívares, mientras que en el B, lo venden por 120.

El Pabellón C es el que mayor población tiene, unos mil internos, ahí entran los más “pelaos” o quienes no están “apadrinados”. La estadía de cada preso se paga semanal. La “letra” deben pagarla en dos partes: 160 bolívares los miércoles y 180 los domingos.

Otro dinero entra por el “pegaíto”. “Cheo” vende los minutos a otras operadoras a cuatro bolívares y por llamadas internacionales cobra 30 el minuto.

Las extorsiones

Cada pabellón tiene sus características. En al A están los funcionarios y las mujeres. Los líderes son “Amarillo” y la “Tata”, y de ahí se planifica la mayoría de las extorsiones. “Con el cierre de Sabaneta las extorsiones disminuyeron un 80 por ciento”, calculó Julio Bermúdez, jefe del Grupo Antiextorsión y Secuestro de la Guardia Nacional (Gaes). Y las que se registran en la actualidad salen del retén. “Carne Molida” es el pram del B. Esta es el área que “suena” menos de El Marite.

El “Bunker” es un pasillo del A cuya comunicación bloquearon los presos con una pared de cemento y le construyeron una entrada independiente. Ahí gobiernan “Diover” y Harold Soto, hermano del “Mocho Edwin”, líder criminal de la antigua Sabaneta. Todos los fines de semana hay fiesta. Los vecinos del barrio Mi Esperanza ven a diario a los reclusos montados en el techo, exhibiendo sus armas largas y cortas con una botella de OldParr en la mano.

Ahí pernoctan mujeres. Mil 500 bolívares se les paga a los policías que custodian el área para que deje pasar a una prostituta o a la pareja de turno de los presos, entre ellas otras reclusas. Tienen un sistema de aire acondicionado central y un vigilante de guardia en las entradas y en los techos.

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