Shirley Temple, la niña prodigio que se cansó de Hollywood (Video)

Shirley Temple, la niña prodigio que se cansó de Hollywood (Video)

 

Aunque Shirley Temple llevaba varios años retirada del mundo del cine, el nombre de la actriz nunca ha estado desvinculado de las grandes pantallas. Su incursión en el celuloide llegó muy temprano, cuando ella era solo una niña, y con 7 años ganó un Oscar. Los directores confiaron en la pequeña de cálida sonrisa para interpretar papeles protagonistas en sus películas, como por ejemplo, en «Bright Eyes», donde la actriz daba vida a una pequeña con el mismo nombre de pila que ella, reseña abc.es.





Poco tiempo pasó desde su niñez hasta que se casó. Shirley Temple contrajo matrimonio con tan solo 17 años. Su marido, John Agar, era un soldado que comenzó a trabajar como actor. Con Agar, que murió hace doce años, tuvo una hija a la que pusieron el nombre de Linda Susan, aunque su nombre artístico fue Susan Black. Entre Shirley y John no todo fue color de rosa, y la pareja rompió sus votos cuando se divorciaron a finales de 1949.

Entre su divorcio y su siguiente noviazgo pasaron poco más de dos meses. Durante unas vacaciones en Hawai, Shirley Temple volvió a encontrar el amor en un ejecutivo llamado Charles Alden Black, con el que volvió a pasar por la vicaría el 16 de diciembre de 1950. Con Charles, a quien permaneció unida hasta que la muerte de él les separó para siempre en 2005, tuvo dos hijos: Charles y Lori.

Portada de revista y política

El éxito de Shirley Temple no pasó desapercibido para los medios de comunicación, que vieron en su rostro la oportunidad perfecta para vender ejemplares. Así, la actriz fue portada de la revista «People» en 1999 bajo el titular «Picture perfect» –imagen perfecta–. Y aunque sus incursiones en el papel couché repercutieron positivamente en el desarrollo de su carrera en el cine, lo que más le gustaba a Shirley era la política.

Entre sus cargos ejecutivos se encuentran varios puestos diplomáticos, y sirvió a Estados Unidos como delegada del país en muchas conferencias y cumbres a nivel internacional. En 1969, Richard Nixon la nombró delegada de las Naciones Unidas para más tarde convertirse en la primera mujer jefa de protocolo del país norteamericano, pero fue su trabajo como embajadora en Checoslovaquia el puesto que más la llenó profesionalmente: «Fue el mejor trabajo que tuve en toda mi vida», confesó Shirley, que fue testido de la Revolución de Terciolpelo.

Video AFP