ABP: La Fiscal General huye para no encarar la corrupción

ABP: La Fiscal General huye para no encarar la corrupción

El Coordinador Nacional de Asuntos Legislativos del partido Alianza Bravo Pueblo (ABP), Pedro Segundo Blanco, refutó que la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, dedica todo el esfuerzo y destina todos los recursos de su despacho, para las averiguaciones de los muertos y desaparecidos en el período 1958-1998, mientras los expedientes de las 180 mil muertes violentas que se han contabilizado en los últimos 14 años, están engavetados.

“Algunos hechos que no se han tomado en cuenta por el Ministerio Público han llevado la impunidad hasta el límite. La muerte de
Franklin Brito, productor agropecuario, los banqueros prófugos, Antonini Wilson y los maletines de dólares para financiar campañas en otros países, los escándalos en que estuvo involucrado el ex Gobernador de Cojedes, los 9.000 empleados fantasmas que cobraban por la Alcaldía Mayor en la administración de Juan Barreto, los colectivos armados del 23 de enero que asesinan a mansalva y la confesión de Mario Silva quien revela la corrupción, el morbo y los delitos que se están cometiendo en el país, quedan sin respuestas por parte de los entes del Estado”, aseveró el ex parlamentario.





Asimismo, criticó que la Fiscal General de la República, convirtió el Ministerio Público en el patio trasero de Miraflores, “lo que la cataloga como la funcionaria más nefasta que haya ejercido la conducción de esta importante institución del estado… Lo único que le falta a Luisa Ortega Díaz, es que anuncie con bombos y platillos, la continuación de la investigación ordenada por el fallecido Presidente Chávez, sobre el también supuesto asesinato del Libertador Simón Bolívar”, manifestó el vocero de la tolda.

El Coordinador Nacional de Asuntos Legislativos de ABP, también exhortó a la Comisión por la Justicia y la Verdad que investigue y aclare los hechos de corrupción, impunidad e ineficiencia que “campea por los cuatro puntos cardinales del país”, sentenció Pedro Segundo Blanco.