Zulianos que se niegan a pagar vacuna, son víctimas de atentados

Zulianos que se niegan a pagar vacuna, son víctimas de atentados

Foto: Panorama

“No he pagado ninguna extorsión. Ni lo haré. No puedo caer en el juego de los delincuentes”, aseguró el propietario de la Ferre-bloquera El Chicho, quien fue víctima de un atentado terrorista, el pasado 6 de febrero. Así lo reseña el diario Panorama.

Karelis González Plaza

El hombre, sentado en su escritorio desde su empresa ferretera, comentó que tiene 45 años trabajando en este medio y desde hace dos años recibe llamadas, a través, de las cuales le exigen dinero.





“La primera vez —continuó— fue en el 2011. Me pidieron 20 mil bolívares, que me negué a pagar, y en la oportunidad más reciente me exigieron 500 mil”, detalló “Chicho”, como es llamado entre sus trabajadores.

La ferretería, ubicada en el barrio Robinson Fereira en Maracaibo, fue atacada por varios sujetos, quienes lanzaron una granada fragmentaria que no ocasionó daños.

Varias llamadas alertaron a “Chicho” sobre las intenciones de sus atacantes. Sin embargo, no se dejó manipular y denunció ante las autoridades.

A raíz del atentado perpetrado hace 43 días y del trabajo de inteligencia realizado por los funcionarios del Sebin, los hampones dejaron de amedrentar a los propietarios de la ferre-bloquera.

“Las instalaciones de la Cárcel Nacional de Sabaneta las tenemos cerca y todo indica que el delito es ordenado desde ese centro penal. Al menos hacia eso se dirigen las investigaciones de los funcionarios abocados al caso”, refirió.

El modus operandi de los autores materiales de este delito se extendió, el pasado 14 de febrero, hacia el sector El Pedregal, al oeste de Maracaibo.

Padre e hijo fueron intimidados, primero a tiros y luego con una molotov.

Tres atentados, en menos de un mes, recibió la familia González, por extorsionadores que les “exigían el pago de 50 mil bolívares”.

“De dónde vamos a pagar, si solo nos dedicamos a trabajar como taxistas para mantener a nuestra familia”, dijo una de las víctimas.

El 21 de enero comenzó la pesadilla para Nerwin (hijo) y Nerio González (padre), cuando recibieron amenazas, a través de un sobre: “En el comunicado nos dejaron dos números telefónicos, un 0412 y un 0424, pero nunca llamamos”, precisó el progenitor.

Contra la casa de Nerwin dispararon ocho veces y cinco tiros le hicieron a la vivienda de su padre, ambas ubicadas una frente a la otra, en el mencionado sector, ubicado en la parroquia Raúl Leoni de la capital zuliana.

Finalmente el 14 de febrero, “una bomba molotov fue lanzada, desde un vehículo pequeño, gris”, detalló.

Pese a que en su mayoría, las extorsiones son comandadas desde la cárcel, según las autoridades, en esta oportunidad los delincuentes, “a través de la primera llamada telefónica nos dijeron que no eran de ‘Sabaneta’. ‘Somos el hampa común, no se equivoquen’, nos dijeron”, recordó la víctima.

Tras los atentados que recibió la familia González, ellos decidieron irse de las vivienda.

“Los hampones aseguraron que si no pagamos la extorsión vamos a gastar más mandando a reparar las casas porque las van a destruir”, advirtieron a las autoridades, quienes, según comentaron, no han hecho más acto de presencia por el sector.

Como éstos, otros tres casos se han suscitado en la ciudad. El hotel Sol Zuliano, en La Limpia, fue tiroteado, durante la madrugada del 10 de febrero y pocas horas después, un galpón de productos de limpieza, en Sabaneta fue incendiado.

El más reciente de los atentados, fue perpetrado, el pasado lunes. La mueblería David, ubicada en la autopista Uno, a escasos 300 metros del hotel La Gran Vía, en el barrio María Concepción Palacios. Su dueño fue amedrentado con una granada fragmentaria, que no estalló por un desperfecto técnico.

Los propietarios de este establecimiento mantienen hermetismo ante los medios. Sin embargo trascendió que “la semana pasada les exigieron 200 mil bolívares”, aseguró un vocero de la Secretaría de Seguridad y Orden Público.

El comisario Danilo Vílchez, director de Polisur, señaló que “hay grupos delictivos organizados en la calle dedicados a este flagelo. Tienen en su poder granadas y armas ilícitas para atacar a sus víctimas. Estamos trabajando para acabar con estas bandas organizadas”.